Un incendio arrasa 800 hectáreas de monte bajo en Patones
Las llamas obligaron a desalojar a 150 personas de dos municipios
Un incendio arrasó ayer 800 hectáreas de monte bajo y matorral en la zona de Patones y Torrelaguna. El fuerte viento racheado hizo que las llamas se propagaran rápidamente, lo que obligó a desalojar la urbanización de Los Tomillares y el municipio de Patones de Arriba. Los bomberos necesitaron más de ocho horas para controlar el fuego, que causó gran nerviosismo entre los vecinos de la zona.
La urbanización Caraquiz, en Uceda (Guadalajara), situada a pocos kilómetros de Patones, vivió un primer incendio a mediodía. Cuatro dotaciones de bomberos y tres helicópteros apagaron las llamas en poco tiempo, pero éstas se reavivaron por el viento. Ante esta situación, los bomberos, que se habían marchado a controlar otro incendio surgido en Patones de Arriba y Patones de Abajo, tuvieron que regresar a Uceda.
El incendio de Patones comenzó, por causas todavía no esclarecidas, sobre las tres de la tarde cerca de la carretera M-133, que une los municipios de Torrelaguna y El Berrueco. Se trata de una zona montañosa de unos mil metros de altitud en la que predominan el monte bajo, la jara y los tomillares. Al estar en pendiente y soplar un viento que alcanzó hasta los 40 kilómetros por hora, las llamas se propagaron con gran rapidez.
El fuego se dirigió primero hacia la urbanización de Los Tomillares, donde la Guardia Civil desalojó una veintena de chalés ante el riesgo para las viviendas. 'Hemos pasado mucho miedo porque, de repente, ha llamado la policía y nos ha dicho que saliéramos de la casa porque había cerca un incendio', explicó una vecina. Los afectados se trasladaron en sus propios vehículos a la cercana localidad de Torrelaguna, donde fueron alojados en locales municipales.
Un cambio de viento hizo que las llamas se dirigieran al lado contrario del valle donde comenzaron. De nuevo, las características del terreno facilitaron que se expandieran con prontitud. Desde el aire, ocho helicópteros del Gobierno regional, tres hidroaviones y un avión de observación del Ministerio de Medio Ambiente intentaban controlar las llamas. En tierra, 18 dotaciones de los bomberos de la Comunidad llegados de todos los puntos de la región atajaban las llamas, junto a seis retenes de la Dirección General de Medio Natural y tres bulldozers. Eso no impidió, sin embargo, que cercaran el municipio de Patones de Arriba, que también fue desalojado. Un oficial del cuerpo de bomberos tuvo que rescatar a una anciana de 88 años minusválida y a otra mujer de 44 que la cuidaba. Ambas fueron trasladadas en un helicóptero del Sercam al centro de salud de Torrelaguna.
Las llamas fueron ganando terreno por los pastos y la zona jarosa conforme avanzaba la tarde. Patones de Abajo estuvo a punto de ser desalojado, pero la intervención de los propios vecinos y los retenes logró evitar el avance del fuego. Éstos, provistos de varas largas de árboles, atajaron el fuego según rodeaba la localidad. Se vivieron momentos tensos, ya que algunos afectados llegaron a zarandear a los bomberos cuando éstos pretendían marcharse a atajar otros focos. 'Aún querrán irse con el peligro que corren nuestras casas. Debería darles vergüenza', reprocharon los vecinos, que en su mayoría llevaban la cara cubierta con pañuelos o trapos mojados. Al final, los ánimos se apaciguaron.
Un fuego 'intencionado'
La carretera que une Patones de Abajo con Torrelaguna, la M-102, estuvo cortada durante más de tres horas, ya que las llamas se extendieron a ambos lados de la vía hacia Torremocha del Jarama. 'Desde luego, no cabe duda de que el incendio ha sido intencionado. Llevamos tres fines de semana seguidos con fuegos durante los viernes o los sábados en la zona de Torrelaguna, Robledillo o Berzosa', señaló el alcalde de Torremocha, el independiente Carlos Ribera. El siniestro quedó controlado sobre la medianoche.
Escaso valor ecológico
Las 800 hectáreas devastadas ayer por la tarde por efecto del fuego tienen poco valor ecológico, según reconoció el director de Medio Natural de la Comunidad de Madrid, Federico Sepúlveda. Al tratarse de una zona de jaras y de monte bajo, es 'previsible' que con las primeras lluvias del otoño se repueble de forma automática toda la zona. La dirección del viento evitó que las llamas afectaran a los bosques que rodean la cercana presa del Atazar, que sí constituyen una reserva vegetal y animal de importante calado. El consejero de Medio Ambiente, Pedro Calvo Poch, suspendió sus vacaciones y visitó a las 22.00 la zona devastada. Hoy, el presidente regional, Alberto Ruiz-Gallardón, tiene previsto acudir también a este lugar.
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