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Columna
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Derribos Andrada

Con el agua a mis pies, repantingada sobre la escalinata que desemboca en el lago del Retiro, clásico solarium de los madrileños menos secanos, dejo a mis ojos navegar siguiendo la sombra lenta de las carpas y me pregunto cuántos veranos más podremos, mezclados con turistas, musculosos, inmigrantes, bronceados, indolentes y sudados, formar parte del conjunto escultórico que alberga entre columnas a Alfonso XII y a su caballo. A tenor de la capacidad de que hace gala este municipio para acabar con su patrimonio, el año menos pensado vemos salir por el paseo de Carruajes monarca y caballo despatarrados en la tumba industrial de un contenedor de escombros.

Ha pasado con la casa de Iván de Vargas, así que no alucino a consecuencia de los calores de agosto, que también. El proceso ha sido más o menos así: Patrimonio autoriza la demolición del histórico edificio de la calle de San Justo donde vivieron san Isidro, patrón de esta ínclita ciudad, y su santa (como la llamaría Elvira Lindo y nunca con tanta razón), María de la Cabeza, que fueron allí criados del ricachón Vargas. En el Catálogo de Elementos Protegidos, dicho edificio del siglo XVI está considerado en su nivel máximo, que es el de 'Protección estructural', pero el Ayuntamiento de Madrid, que lo adquirió en 1998, asegura que está en muy mal estado y supone peligro para viandantes y trabajadores. Ramón Andrada, arquitecto responsable por concurso del proyecto, asegura a su vez que no se puede mantener en pie, por lo que recomienda su derribo, y la Comisión del Patrimonio apoya esta medida. Inés Sabanés, concejal de IU, se pasa por las obras y observa cómo, mezclados entre los cascotes del edificio que son cargados en contenedores, van algunos enrejados y escudos. Lo denuncia como un 'escándalo nacional'. El gerente municipal de Urbanismo y vicepresidente de la misma, Luis Armada, dice 'el primer sorprendido soy yo'. Andrada, que 'no hay que buscar tres pies al gato'. Rafael Simancas, portavoz del grupo municipal socialista, que es un 'atropello'. Mercedes de la Merced, alcadesa en funciones, y Ruiz-Gallardón, el candidato a alcalde a quien no conviene votar, respaldan la actuación. Nos enteramos de que la demolición se ha llevado a cabo sin la correspondiente licencia municipal. También nos enteramos de que el edificio tenía 2 o 3 bóvedas quebradas, que prácticamente ya no existía la cubierta y que se había caído casi entero. Urbanismo paraliza las obras hasta que tengan la licencia. IU lleva el asunto a los tribunales.

El sol reverbera contra el agua del lago y me obliga a entornar los ojos. Alfonso XII no se ha movido del sitio y su caballo, tampoco. Dos musculosos han ligado. Dos turistas se han achicharrado. Dos inmigrantes se han dormido. Han asomado dos carpas. En Madrid se rompen las cosas, se tiran, se desprecian. Los conservadores sólo conservan lo que hay que desechar: algunas ideas. Los conservadores, es curioso, no son conservacionistas. Madrid es cateta porque no entiende ciertos valores. Dicen que la casa de Iván de Vargas tenía valor por antigüedad aunque no por alzado. Ahora ya no tiene ninguno. Se acabó. No existe. Recuerdo la Pagoda de Fisac: me la recuerdan las carpas, sus ángulos, su movimiento; me la recuerdan los gerentes de Urbanismo. Ni siquiera estaba protegida, aquella bailarina de cemento. Total, qué más da: la casa de Vargas gozaba de la máxima protección. Inútil. Cierro los ojos y me hago ciertas preguntas.

Pongámonos en lo peor. Pongamos que la casa de Vargas estuviera tan destruida que, efectivamente, sólo cupiera el derribo. OK. Pero, ¿nadie se ha planteado cómo es posible que haya llegado a tal estado un edificio del siglo XVI en cuyo lar vivió el patrón de Madrid? ¿Por qué se caía, por qué sucumbían sus cúpulas? ¿Por qué se sorprende Armada? ¿A qué se dedican Gerencia de Urbanismo y la Comisión del Patrimonio? ¿A demoler los exiguos vestigios de nuestra mediana arquitectura? ¿Se refiere a esto el alcalde Álvarez cuando asegura que llegará al fin de su mandato acabando todos los proyectos que empezó? ¿En qué escombrera están los enrejados y los escudos? ¿Tiene que estar a pie de obra una concejala de IU, como si el patrimonio de Madrid fuera una cuestión de señoras con buen gusto? Abro los ojos. Me contesta una carpa. Tiene razón.

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