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CRISIS FINANCIERA EN EL CONO SUR

Estados Unidos abre el grifo del dinero para evitar el contagio a todo el continente

La ayuda de 30.000 millones de dólares marca el debate de la campaña electoral en Brasil

Enric González

Estados Unidos se ha rendido ante los problemas de Brasil. Washington, como miembro más influyente del Fondo Monetario Internacional (FMI), respaldó la mayor operación de ayuda financiera realizada nunca por la institución: 30.000 millones de dólares (unos 31.000 millones de euros). Y enterró la filosofía de restringir a lo mínimo indispensable las ayudas a los países en dificultades. EE UU ha optado por descargar una cantidad masiva de dinero en las arcas brasileñas por dos razones: para evitar que una crisis de la mayor economía suramericana hundiera todo el continente y para atar las manos de todos los candidatos a la presidencia, especialmente los progresistas Luiz Inácio Lula da Silva y Ciro Gomes.

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La fragilidad de la divisa brasileña, el real, se debía en gran parte a la desconfianza de los inversores internacionales ante la posibilidad de que Lula o Ciro Gomes, con ventaja en las encuestas, alcanzaran en otoño la presidencia del país. Uno y otro se mostraban críticos con las condiciones de ortodoxia presupuestaria impuestas por el FMI para mantener sus préstamos. Pero el formidable volumen del préstamo anunciado el miércoles, muy superior a lo que esperaba la propia delegación brasileña enviada a Washington (entre 10.000 y un máximo de 20.000 millones) les hará difícil renegar, en caso de ser elegidos, de la tutela del FMI.

Desviarse de la política seguida por el actual presidente, Fernando Henrique Cardoso, supondría renunciar a casi todo ese préstamo (más del 80% del mismo será desembolsado el próximo año), lo cual no sería fácilmente justificable ante la opinión pública.

A lo largo del año que viene, el Fondo seguirá realizando evaluaciones trimestrales sobre la evolución de la economía brasileña. Si sus técnicos detectaran una desviación del nuevo Gobierno respecto a las condiciones básicas sobre las que se concede el préstamo (control presupuestario, inflación baja y devolución puntual de la enorme deuda externa, de unos 260.000 millones de dólares o 269.000 millones de euros), el desembolso del dinero procedente de Washington sería interrumpido.

Orientaciones básicas

El FMI ha pedido ya que los candidatos se comprometan a seguir las orientaciones básicas de los técnicos de la institución, pero no ha impuesto condiciones adicionales para la recepción de los 30.000 millones de dólares. 'Ningún candidato razonable puede decir que no', comentó ayer una fuente cercana a las negociaciones entre el Fondo y la delegación brasileña. 'El FMI y Estados Unidos se arriesgaban a perder todo el continente suramericano y han preferido jugar sobre seguro y comprar una temporada larga de tranquilidad', agregó la misma fuente.

'La Administracion estadounidense se dio cuenta de que su posición previa, la de mantenerse al margen de los problemas de sus vecinos del sur, era un desastre para la posición de Estados Unidos en el hemisferio', comentó a su vez Fred Bergsten, director del Institute of International Economics de Washington.

El FMI y Estados Unidos también quieren, con la concesión del macropréstamo, hacer de los brasileños un ejemplo para otros países. 'El Fondo ha decidido recompensar a Brasil y destacarlo ante el resto de los países en desarrollo como un modelo positivo y como un ejemplo del tipo de ayuda que se puede obtener si se mantiene una política económica correcta', afirmó Sung Won Sohn, economista jefe de Wells Fargo. Argentina queda ahora más aislada que nunca como oveja negra.

El director del FMI, Horst Köhler, elogió la gestión del Gobierno de Brasil cuando anunció, en un comunicado, la concesión del préstamo, y aseguró que éste era necesario para 'reducir vulnerabilidades e incertidumbres', descartando que existieran problemas estructurales en la economía brasileña. El Fondo insistía ayer en que eran muy distintos los problemas de Brasil, cuyas arcas carecían de liquidez, de los de Argentina, un país considerado insolvente. El Departamento del Tesoro de Estados Unidos también emitio una nota, en ausencia del secretario, Paul O'Neill (que concluía una difícil visita a Argentina), en la que se afirmaba que la hiperpotencia del norte permanecía 'dispuesta a seguir ayudando a Brasil mientras continúe aplicando políticas adecuadas'.

El préstamo a Brasil, unido al concedido a Uruguay el pasado fin de semana, puede convertirse, por otra parte, en el penúltimo clavo sobre el ataúd político de Paul O'Neill. El secretario del Tesoro, un hombre demasiado sincero para un cargo tan delicado, contribuyó en gran medida al agravamiento de la crisis financiera de Brasil con un reciente comentario en el que se mostraba contrario a conceder nuevas ayudas porque acabarían 'en cuentas privadas en Suiza'.

El descarte de sus posiciones aislacionistas por parte del resto de la Administracion y el mismo hecho de que la operacion brasileña se concluyera en su ausencia indican la cada vez menor relevancia de O'Neill y las altas probabilidades de que sea relevado.

El ministro brasileño Pedro Malan (derecha) y el presidente del Banco Central de Brasil, Arminio Fraga, ayer.
El ministro brasileño Pedro Malan (derecha) y el presidente del Banco Central de Brasil, Arminio Fraga, ayer.REUTERS

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