Prosas (en verso)
Jon Juaristi (Bilbao, 1951) ha publicado un libro de poemas bajo el título, en apariencia contradictorio, de Prosas (en verso). Desde el primer momento, el autor juega con el contenido del libro y con las condiciones en que lo escribió. Surge 'después del naufragio' de su poesía, por lo que sólo son restos de un naufragio lo que ha recogido, poemas recuperados, pecios en la maravillosa palabra ferlosiana, pero no una aventura elaborada. Evidentemente, no son sólo restos, pero el autor apunta a la falta de unidad, también relativa, de la primera parte del libro y de los textos recogidos en ella.
También se juega con el título. Son prosas, pero en verso, porque la prosa puede ser tan memorable como la poesía. Y no habría que olvidar que Juaristi ha definido la poesía como 'objeto memorable' siguiendo a Auden. Ahora afirma, también con Auden, que 'la buena poesía es buena prosa'.
En el juego final del 'burla burlando' el libro contiene dos partes bien diferenciadas. Una primera recolecta lo que el autor ha llamado 'versos domingueros', pero que recoge algunos poemas memorables. Todos aparecen dedicados a amigos presentes o desaparecidos, muertos y asesinados, perdidos en la nostalgia o presentes en la memoria. Pueden destacarse Veinticinco pluvioso, en memoria de Francisco Tomás y Valiente; Eclipse, un emocionado homenaje a Javier Egea; Flecha rota, un canto a la amistad de los diferentes, y De profundis, un poema de amor.
La segunda parte, titulada Cámara oscura, recoge 16 sonetos dedicados a ocho fotógrafos actuales. Estos poemas se publicaron en un libro que conmemoraba a la Universidad de Valencia y acompañaban las fotografías de estos artistas: Humberto Rivas, Koldo Chamorro o Alberto García Alix, entre otros.
Ahora se publican sin las imágenes, en poesía desnuda. Sin su soporte visual, los poemas se han quedado sin el mundo que describían, y ahora son un elegante friso de sonetos. Juaristi ha ironizado también sobre su incorporación a la lista de sonetistas bilbaínos: 'Tanto esfuerzo pusiste en que no te confundieran con un poeta vasco y acabas convertido en un sonetista bilbaíno más'. Pero lo cierto es que los poemas recuerdan a una vista a una galería. Recuerdan mucho a los poetas que se consagraron a escribir sobre Arte, sólo que ahora la referencia no es la pintura, sino la fotografía. Y en ella Juaristi ha desplegado una riqueza verbal y conceptual de extremada precisión.
Jon Juaristi: Prosas (en verso). Hiperión, Madrid, 2002; 92 páginas, 7,62 euros.
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