Autopremios de la Comunidad de Madrid
Llevo cuatro años estudiando el transporte público madrileño, y hace dos presenté el trabajo Propuestas para nuevas ampliaciones en la red de Metro y cercanías de Madrid al certamen Premios Madrid de Urbanismo, de la Consejería de Obras Públicas, Urbanismo y Transportes de la Comunidad de Madrid.
Este trabajo es una recopilación de ideas y propuestas de conectividad de viajeros, atendiendo a criterios de rentabilidad social, y aporta también soluciones concretas a problemas del transporte madrileño, que llevan mucho tiempo enquistados por la falta de planificación, como es el caso de la saturación de viajeros en la estación de cercanías de Atocha -saturación que, por cierto, no es en absoluto inevitable, como los actuales responsables en materia de transportes quieren hacernos creer-.
Trata de objetivar la perspectiva del usuario del metro y cercanías y de satisfacer sus necesidades de conectividad, y está basado en una extensa documentación de la compañía de Metro de Madrid, del Consorcio Regional de Transportes y de la Unidad de Negocio de Cercanías-Renfe, entre otros.
Contiene propuestas para llevar el metro, por ejemplo, al barrio de La Elipa, al barrio de Bilbao, al barrio de la Alameda de Osuna, al distrito de Villarverde y a los municipios madrileños de Coslada, San Fernando de Henares y Mejorada del Campo.
En el año 2000 lo presenté al Premio Carlos María de Castro de Planificación del mencionado certamen, y me encontré con que la Comunidad Autónoma de Madrid decidió conceder ese premio al proyecto del metrosur, que había elaborado la propia Comunidad de Madrid. Cuando llamé al secretario del jurado para que me comunicara el fallo y le pregunté cuál había sido la reacción de los miembros del jurado ante mi proyecto, don Francisco López Rodríguez, también jefe del Servicio Logístico de la Consejería, me dijo textualmente: 'Bueno, en realidad no se lo habían leído, porque como se había presentado el metrosur, que era el proyecto que se iba a premiar, pues para qué se lo iban a leer'.
En ese momento empecé a tener constancia de las numerosas irregularidades producidas en este concurso y, tras descubrir que el Gobierno regional se había autopremiado también en todas las ediciones anteriores desde que creó el certamen en 1996, decidí presentar una queja ante el Defensor del Pueblo.
Esa institución admitió mi queja a trámite, tiene una investigación abierta desde el 31 de octubre del año 2000 y ha enviado dos solicitudes de informe a la consejería, ante las cuales dicha consejería ha respondido con dos informes que, a mi juicio, están llenos de falsedades, tal y como ya he denunciado en mis correspondientes escritos de alegaciones ante el Defensor del Pueblo.
El pasado mes de junio de 2002, el Grupo Parlamentario Socialista-Progresistas de la Asamblea de Madrid solicitó la comparecencia del consejero de Obras Públicas, Urbanismo y Transportes y vicepresidente de la Comunidad de Madrid, don Luis Eduardo Cortés Muñoz, con el fin de esclarecer este asunto de los autopremios recurrentes en la Comisión de Obras Públicas, Urbanismo y Transportes del citado Parlamento regional. Esa comparecencia se fijó para el pasado 21 de junio de 2002, pero el señor Luis Eduardo Cortés Muñoz, haciendo gala de irresponsabilidad y de desprecio hacia las instituciones democráticas -pues tampoco firma los informes que le son requeridos por el Defensor del Pueblo, a pesar de que tiene obligación legal de hacerlo-, no compareció.
En su lugar mandó al director general de Urbanismo y Planificación Regional, don Íñigo Sáenz de Pipaón y Mengs.
El señor Sáenz de Pipaón y Mengs, además de no aclarar satisfactoriamente los motivos que han llevado a su Gobierno a autoconcederse seis premios en las cinco primeras ediciones de este certamen, quedó en evidencia ante la citada comisión, como consta en el correspondiente Diario de Sesiones.
He visto un desprecio hacia el Estado de derecho, hacia los ciudadanos e instituciones que han presentado trabajos a ese concurso público y hacia instituciones democráticas como el Defensor del Pueblo o la Asamblea de Madrid por parte de don Luis Eduardo Cortés Muñoz, consejero de Obras Públicas, Urbanismo y Transportes y vicepresidente de la Comunidad de Madrid.
A la espera de las conclusiones del Defensor del Pueblo y después de sentirme muy indefenso durante dos años ante los reiterados abusos de los máximos responsables de esta consejería, he decidido no convertirme en cómplice, con mi silencio, de los presuntos delitos que he venido apreciando hasta la fecha.
Se acabó.
Que cada palo aguante su vela.
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