BUJO BANTON LLENA DE BUENA ENERGÍA EL U-ZONA REGGAE

Vermut Reggae, una auténtica explosión de energías,despertó ayer a los miles de asistentes al festival U-Zona Reggae, la cita rasta que concentra durante este fin de semana en Torelló (Barcelona) a unos 10.000 amantes del buen rollo. El espectáculo-concierto de este grupo joven reparó la resaca de los asistentes a esta peculiar cita veraniega del 'vive y deja vivir', que anoche celebraba su gran traca final con la actuación del Luciano, conocido en Jamaica como El Mensajero, y que elegía U-Zona para su primer concierto en España.

El agua de una piscina municipal de Torelló y las aguas del río Ges refrescaban a primera hora de la tarde de ayer el ambiente de un festival que, desde hace diez años, concentra a un público cada vez más heterogéneo (jóvenes, familias e incluso algún anciano de este pequeño pueblo catalán) que comparten en un solo recinto el espíritu de la libertad y el 'dejar hacer'. 'Es sorprendente la buena energía que circula por aquí', comentaba en la noche del viernes el jamaicano Bujo Banton, la cabeza de cartel de la primera jornada de U-Zona Reggae. Desde Kingston a Cataluña. Banton es todo un ídolo en su país, donde consigue los primeros puestos en las listas de ventas. El cantante, fiel seguidor de la fe rastafari y nominado a un Grammy por el mejor álbum reggae en 1998, animó a un público deseoso de contagiarse de los ritmos de Jamaica. Aunque en U-Zona Reggae lo que prima es la convivencia y las ganas de divertirse frente a la calidad del cartel de artistas invitados. '¿Quién es éste que actúa?', es la pregunta más habitual que puede uno oír alrededor del escenario.

Los jóvenes Ras Ites, llegados de Reino Unido -segundo foco del reggae no facturado en Jamaica-, supieron dejar en esta primera noche de conciertos en la que presentaron su disco Urban Regeneration el optimismo y el compromiso que se impone en el reggae contemporáneo. Al despuntar el día, tras una noche que se hizo eterna por las largas pausas entre actuación y actuación, y cuando el escenario de los conciertos se iba quedando vacío, la pequeña carpa de Sound System se encargaba de hacer de U-Zona, por primera vez este año, un festival con 48 horas con música non-stop. Sound System, una idea que nació en los guetos de Jamaica en los años cincuenta, combina la música enlatada con la participación de un dj que también se encarga de cantar y animar al público.

Y cuando la diversión no está en el escenario o en la carpa, el público -el gran protagonista del festival- se encargaba de animar la fiesta entre malabares, saltos, juegos del diábolo o tiendas typis que recuerdan al lejano Oeste. Y es que U-Zona Reggae, tras una década de vida, sigue manteniendo su capacidad de sorprender. Un grupo de niños, acompañados por cachorros de perros, jugaban durante la tarde en un espacio del recinto dedicados a practicar 17 juegos provenientes de otros tantos países. Mientras, en la carpa del mercadillo, algún que otro curioso no quitaba el ojo a la masajista que se ha convertido, sin pretenderlo, en una de las atracciones del festival junto a los bizcochos aromatizados que se venden en la calle de acceso al festival, en la que Ruiz-Gallardón tendría más que complicado aplicar su ley antibotellón.