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Reportaje:

De las biblias a la señora Mohn

Thomas Middelhoff sale de Bertelsmann por sus diferencias con la mujer del dueño

Lola Huete Machado

En una semana, la dirección y la imagen de Bertelsmann ha cambiado como del día a la noche (o viceversa). El hombre estrella hasta el domingo pasado era Thomas Middelhoff, de 49 años, su brillante presidente. El lucero hoy es Liz Mohn, la esposa del patriarca prusiano Reinhard Mohn, quinta generación familiar en el negocio desde que en 1853 Carl Bertelsmann montara una editorial para publicar biblias.

Las únicas explicaciones ofrecidas por Bertelsmann se refieren a 'divergencias de criterio sobre el futuro de la empresa'
El modelo internacional que Middelhoff deseaba desarrollar chocaba de lleno con los deseos de algunos accionistas

Todo comenzó con un comunicado el domingo pasado lanzado desde la sede de Bertelsmann en Gütersloh, en Nordrhein-Westfalen. Middelhoff, el presidente del segundo grupo de comunicación europeo y quinto del mundo, la empresa con más de 80.000 empleados en 60 países y un capital de 20.000 millones de euros, abandonaba el cargo.

Las únicas explicaciones ofrecidas por Bertelsmann se referían a 'divergencias de criterio sobre el futuro de la empresa'. No hubo más. Salvo el nombre del sucesor: Gunther Thielen, hombre de confianza del citado Reinhard Mohn. Sin grandes deudas o problemas a la vista, los rumores sobre las diferencias entre el presidente de la casa durante los últimos cuatro años, Middelhoff, y el patriarca Mohn, de 81 años y muy enfermo, hicieron correr ríos de tinta durante toda la semana. El ex presidente, decían, iba demasiado deprisa en sus proyectos de expansión. El modelo internacional que Middelhoff deseaba desarrollar, cada vez más alejado del funcionamiento de un negocio familiar, chocaba de lleno con los deseos de algunos accionistas. Chocaba, desde luego, con la idea empresarial de Liz Mohn. Para ella y su marido, Bertelsmann lo es todo: es La Casa.

Middelhoff preparaba la salida a Bolsa para 2005. Tenía olfato, decían. Había sabido ver los buenos negocios (la compra de RTL Group, la de la editorial Random House, los acuerdos con AOL) sin caer en exceso en los menos buenos (Zomba Records, Napster...). Y en la reunión celebrada ese domingo, Middelhoff iba a exigir al consejo seguridad y apoyos para sus planes futuros. Éstos incluían, entre otras cosas, deshacerse de parte del corazón editorial de la casa. Pero se encontró con la puerta. Entretenimiento, nuevas tecnologías e internacionalización, sí, pero no a cualquier precio.

La propiedad de Bertelsmann está dividida entre la familia Mohn (un 17,6% del capital) y la llamada Bertelsmann Stiftung (con el 57,3%). Ninguna de las dos tiene derecho de voto directo, pero forman juntas (en una proporción de 23% y 77%, respectivamente) la llamada Bertelsmann Verwaltunggesellschaft (BVG), que tiene el 75% de los votos en Bertelsmann Media Worldwide. El otro 25% corresponde a los belgas del Groupe Bruxelles Cambert (GBC, con también el 25,1% del capital), que llegaron a la compañía de la mano de Middelhoff a través de la compra del grupo televisivo RTL, y con el compromiso de salir a Bolsa en el plazo de tres años. Qué harán ahora los belgas con su participación (¿saldrán a Bolsa, venderán, o quizá venderán a la familia Bertelsmann?), nadie lo sabe.

Bertelsmann será de nuevo conservadora, El triunfo de la vieja guardia, Más Gütersloh y menos Nueva York son ejemplos de los titulares con los que se recibió en los medios alemanes la repentina noticia del cambio presidencial. De un directivo con proyección internacional al círculo alrededor de la lumbre de la empresa tradicional, decían. Y comenzaron las especulaciones sobre el destino de Middelhoff: se iba a Deutsche Telekom, donde la presidencia es interina desde hace dos semanas; a AOL Time Warner, empresa con la que Middelhoff tiene mucho contacto...

Pero no. Ninguno de esos sitios. El afectado Middelhoff recogió sus cosas el miércoles de Güterloh y se despidió elegante de los trabajadores: 'Mis viajes por el mundo me han impedido profundizar en muchas relaciones (...). En cuatro años (...) hemos avanzado mucho juntos para convertir a Bertelsmann en una empresa de comunicación y entretenimiento de primera clase'. Dio luego una entrevista para la cadena ARD ('Mohn es una persona magnífica'; 'Creo que la dirección debe ser flexible a corto y largo plazo y entrar en Bolsa; si no es así, Bertelsmann no tendrá capacidad competitiva durante mucho tiempo') y se marchó de vacaciones a Francia. Ahí se cerró una era. En 15 días caía el segundo de los considerados top managers en Alemania (Ron Sommer, de Telekom, dimitió hace dos semanas).

El sucesor de Middelhoff, Gunther Thielen, explicó el miércoles las teóricas razones de la marcha del ex presidente: 'Los dramáticos cambios en los mercados de todo el mundo exigen otras estrategias empresariales. Con Middelhoff no era posible'. Y aclaró parte de la línea a seguir. Que su puesto no es de transición, sino que ocupará como mínimo tres años la presidencia. Que se trabaja ya en la salida a Bolsa del 25,1% de los belgas de GBC, pero no habrá salida a Bolsa del resto de la empresa. Que están satisfechos con RTL y no tiene por qué haber cambios. Que no se van a desligar de sus intereses en el extranjero. Y que la situación económica de Bertelsmann es buena, pero no es éste el momento de dar saltos, sino de conservar. Planes más concretos se darán a conocer en pocos días.

Liz Mohn, mientras tanto, ha ocupado la presidencia del consejo de la BVG, asumiendo el poder que su marido poco a poco abandona. Perfiles con su vida y obra (tiene escrito un libro titulado El amor abre los corazones) y muchos comentarios sobre las pocas posibilidades que tiene alguien en Bertelsmann si no toma en serio a Liz Mohn, han ocupado a los círculos económicos e informativos durante los últimos días. Middelhoff, con tanto interés global, quizá no la tuvo en cuenta, pero lo que es seguro es que no se paró a ojear su libro. Porque ahí está la clave. Liz Mohn lo dice en uno de los epígrafes de la obra: '¿Qué necesita el hombre? ¿Qué necesita nuestra sociedad?'. Repuesta: la familia.

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Sobre la firma

Lola Huete Machado
Jefa de Sección de Planeta Futuro/EL PAÍS, la sección sobre desarrollo humano, pobreza y desigualdad creada en 2014. Reportera del diario desde 1993, desarrolló su carrera en Tentaciones y El País Semanal, con foco siempre en temas sociales. En 2011 funda su blog África no es un país. Fue profesora de reportajes del Máster de Periodismo UAM/El País

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