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La policía ha denunciado desde el lunes a 29 personas por beber alcohol en la calle

La Policía Municipal de Madrid ha puesto medio centenar de denuncias por infracciones a la Ley sobre Drogodependencias y otros Trastornos Adictivos en la Comunidad de Madrid, que entró en vigor a las cero horas del pasado lunes. Las denuncias han sido resultado de inspecciones rutinarias efectuadas por agentes policiales. Todas están relacionadas con el fenómeno del botellón, que la nueva normativa pretende combatir.

El consumo de alcohol en la calle -la ley sólo permite beber alcohol en terrazas o en espacios autorizados durante fiestas patronales- ha motivado 29 denuncias en los dos primeros días de la ley. Esta práctica, tipificada como infracción leve, conlleva multas de 300 a 30.050 euros (entre 50.000 pesetas y cinco millones).

Trece gasolineras han sido denunciadas por vender bebidas alcohólicas, algo que tienen terminantemente prohibido desde la entrada en vigor de la ley. El incumplimiento de esta prohibición, considerado falta grave, puede acarrear sanciones de entre 30.051 y 60.101 euros (de cinco y diez millones de pesetas).

Con la nueva ley, en la Comunidad de Madrid sólo está permitida la venta de alcohol en autoservicios, supermercados y otros establecimientos autorizados, pero siempre antes de las 10 de la noche. Además, un cartel debe advertir en estos comercios de que está prohibida la venta a menores. La ausencia de dichos carteles, infracción también calificada como grave, ha motivado otra de las 50 denuncias policiales.

La causa de las siete denuncias restantes no está especificada. La normativa autoriza a la policía a incautarse de alcohol como medida cautelar en los locales denunciados. Sin embargo, fuentes policiales han asegurado que en estas primeras operaciones no se han confiscado bebidas alcohólicas.

Sanciones a menores

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Las sanciones que estipula la Ley de Drogodependencias no sólo son económicas. Los menores que beban en la calle o hagan botellón pueden ser obligados a realizar trabajos comunitarios, como limpiar las calles o eliminar pintadas de las paredes. Si nos los cumplen, sus padres pagarán hasta 3.000 euros. Además, si un menor recibe atención sanitaria por intoxicación etílica los médicos están obligados a avisar a sus familias.

Estas medidas responden a la intención del presidente regional, Alberto Ruiz-Gallardón, de 'convencer a los jóvenes de que la utilización de la calle [para beber alcohol] no es necesaria para ellos y sí tremendamente perjudicial para los vecinos'.

La normativa afecta al 78% de los jóvenes de entre 14 y 18 años, que, según una encuesta de la Agencia Antidroga, beben alcohol los fines de semana. El 50% de ellos reconoce hacerlo en la calle, en los llamados botellones, que les permiten ahorrarse una media de cuatro euros por copa. Aunque la entrada en vigor de la nueva ley ha coincidido con el periodo vacacional de los adolescentes, operaciones policiales desarrolladas en el centro de Madrid han luchado desde mayo contra el botellón.

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