Fomento ignora a la Generalitat para reabrir el aeropuerto de La Seu

La Generalitat de Catalunya está hondamente molesta por la decisión del Gobierno central de excluirla del proceso negociador abierto con Andorra para la reapertura del aeropuerto de La Seu d'Urgell en un plazo máximo de dos años. El Ministerio de Fomento -sin contar con la Generalitat- ha enviado al Gobierno andorrano el borrador de la propuesta del convenio hispano-andorrano que ha de hacer posible la aspiración de todo el Pirineo catalán.

Las negociaciones están muy avanzadas y sólo hace falta que las autoridades del vecino país acepten las condiciones españolas sobre el funcionamiento, la explotación y el mantenimiento de las instalaciones del futuro aeropuerto de los Pirineos.

El aeropuerto de La Seu, situado en el término municipal de Montferrer (Alt Urgell), fue cerrado en 1982 por razones técnicas y de rentabilidad económica. Desde entonces el Gobierno de Andorra -el principal interesado-, el Ayuntamiento de La Seu y la Generalitat han realizado, sin demasiado, éxito numerosas gestiones para conseguir su reapertura. El hecho de que los terrenos fueran de propiedad privada -pertenecen a la familia Betriu- ha dificultado la operación hasta la fecha.

Ha sido una sorpresa que a medida que se intensificaban las negociaciones entre España y Andorra se produjera una pérdida de peso de la Administración catalana, hasta el extremo de que no ha sido tenida en cuenta para nada en el tramo final. Esta marginación ha provocado un profundo malestar en la Generalitat, que por razones obvias pretendía participar activamente no sólo en las negociaciones, sino también en la futura gestión del aeropuerto, ubicado en territorio catalán. Ante tal marginación, el consejero de Política Territorial y Obras Públicas, Felip Puig, hizo pública una queja y aseguró que la instalación difícilmente será rentable si no se cuenta con la Generalitat.

La Generalitat ha reiterado su buena disposición a colaborar con todas las partes en la reapertura del aeropuerto de La Seu, considerado una instalación 'muy importante' para todo el Pirineo catalán. El Gobierno catalán no está dispuesto a arrojar la toalla y, a pesar de que ahora las relaciones con el PP no atraviesan un buen momento, a la vuelta de las vacaciones políticas intentará convencer a Madrid y Andorra de la conveniencia de que la participación autonómica en el proyecto no sea sólo simbólica.

Lo que pretende la Generalitat en materia de aeropuertos es imponer un modelo de gestión compartida para todas las instalaciones aeronáuticas ubicadas en territorio catalán, similar al que ya se aplica 'con buenos resultados' en los puertos de Barcelona y Tarragona. 'Los dos son del Estado y se gestionan a través de un consorcio portuario en el que están representados el Gobierno central, el autónomo, la Administración local y la sociedad civil. Entendemos que este modelo debería aplicarse también en los aeropuertos', señaló un portavoz de la Generalitat.

Sin embargo, los planes del Gobierno de Madrid no pasan por facilitar un sistema de gestión compartida del aeropuerto, que será de segunda categoría, compatible con los servicios regionales regulares con pequeños aparatos de 50 a 70 plazas, los vuelos charter y la aviación deportiva. Las condiciones que figuran en el convenio enviado por Fomento a Andorra no se prestan a interpretaciones dudosas. España promoverá la calificación de 'interés general' del aeropuerto y, de acuerdo con la legislación vigente, asumirá la planificación aeroportuaria.

Corresponderá también a España, a través de la entidad Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA), la redacción de los proyectos y la ejecución de las infraestructuras necesarias para el adecuado funcionamiento del aeropuerto, así como la gestión de los servicios aeronáuticos.