El agote
Es muy probable que la obra de Martínez de Lecea haya venido a cambiar la percepción que sobre la obra en castellano se produce en este País. Toti Martínez de Lecea ha sido un extraordinario éxito de ventas, que ha dado alas a la editorial que publicaba sus obras. Ahora su escritora estrella comienza a publicar en Maeva.
Pero la fórmula, la novela histórica, sigue copando el catálogo de la editorial. Quizás tienen razón los críticos literarios que en vez de comentar obras, comienzan a trabajar sobre los criterios que sirven de base a las editoriales, comentando las bases de estudio que llevan a unas editoriales a publicar unas obras y no otras. Se está produciendo un cambio de percepción. Desde que las editoriales se convirtieron en industrias, ya no es la obra el objeto de estudio, sino uno de los creadores de gusto y opinión: el editor como primer responsable de lo que se edita o se deja de editar.
Y la lista de publicaciones de Ttarttalo se va dirigiendo a la novela histórica en sus tres últimas producciones. Bien es verdad que los tres ejemplos distintos (Joan Mari Irigoien, Iñaki Egaña,y el que comentamos aquí, Gaizka Arostegi) amplían el concepto de novela histórica. Pero también sucede que la editorial abunda en la recepción y publicación de ese género.
Uno imagina también que al autor le produce poco consuelo un comentario que hable más de su editorial que de su obra. El agote representa la vertiente más romántica de la novela histórica, la recepción de la leyenda, uno puede pensar que detrás de la obra se encuentra la balada de la Señora de Ursúa. Un personaje marcado por pertenecer a una minoría se enamora de una muchacha que ha nacido en una casta superior. El estilo preciosista no oculta la convención de la trama novelesca, Martín, agote, enamorado de Inés, perteneciente a una familia noble. Desprecios, falsas acusaciones de asesinato, suplantación de personas, bodas convenidas, embarazos deseados, muertes trágicas (el mejor momento de este novela)... los ingredientes típicos de esta clase de novelas. Y mucha descripción para dejar clara la documentación previa.
Pero, claro, ya no vivimos en le siglo XIX, momento en que se creó el tópico que sustenta la trama y el autor convoca una interpretación que pueda leerse estos días. Así el prefacio, el comienzo de la narración, interpela un cambio de tiempo para buscar una historia que se cuenta desde el deseo de vuelta, desde el presente.
Gaizka Arostegi: El agote. Ttarttalo. Donostia, 2002, 202 páginas, 14,95 euros.
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