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Crónica:ANÁLISIS
Crónica
Texto informativo con interpretación

Francia y España encabezan las dos posiciones encontradas en la UE sobre el Sáhara

Carlos Yárnoz

LA CRISIS DE PEREJIL ha puesto en primer plano en la Unión Europea un contencioso de mucho más calado internacional de imprevisibles consecuencias. Se trata del litigio sobre el Sáhara, un problema ante el que los Quince, una vez más, están divididos por las posiciones que encabezan España, de un lado, y Francia, de otro. El aliado de París es el Reino Unido, mientras España cuenta con el apoyo de Irlanda. Las demás capitales europeas no tienen posiciones muy determinantes, aunque la mayoría se inclina por España. Alguno, como Dinamarca, ha dejado claras sus escasas simpatías por Rabat.

El pasado martes, el alto representante para la política exterior de la UE, Javier Solana, y varios eurodiputados coincidieron en señalar que el contencioso de la antigua colonia española es el principal problema que enturbia las relaciones de la UE con Marruecos y el Magreb. Pero Solana reconoció también que 'no hay una posición común' de la UE al respecto. 'Espero que algún día la haya, pero hoy lo veo imposible', dijo resignado.

El próximo día 31, el Consejo de Seguridad de la ONU, si es que finalmente no posterga sus planes, tendrá que acordar la expiración

o la prórroga de la Misión de Naciones Unidas para el Referéndum en el Sáhara Occidental (Minurso). En el caso de que haya votación, los europeos materializarán su división. Irlanda, hoy en el Consejo de Seguridad, sostiene la misma tesis que España, al igual que Noruega (no miembro de la UE), China, Rusia, Colombia y México. Francia, en cambio, se alineará con EE UU, Reino Unido, Camerún y Guinea. Si el problema se posterga, España se encontrará con el contencioso de frente el 1 de enero, cuando se incorpore al Consejo de Seguridad.

'Nuestra posición es equilibrada y razonable', explica una fuente oficial francesa en Bruselas. 'Apoyamos la fórmula que parece preferir Baker', agrega. También España, como recordó el lunes en Bruselas el secretario de Estado Ramón de Miguel, defiende la tesis 'mayoritaria' en la ONU y la UE. 'Pero no estamos cerrados', dijo. Si cambia esa mayoría, Madrid tomará otra actitud, pero nunca antes.

'No estamos al cien por ciento con Marruecos, pero tampoco queremos molestarle', reconoce un portavoz francés. No es para menos, toda vez que la multinacional francesa Total Fina Elf, junto a la americana Kerr-McGee, ha firmado suculentos contratos para extraer petróleo frente a la costa saharaui. De paso, a quien ni Francia ni España quieren molestar es a Argel, el principal valedor del Frente Polisario, que califica a Francia de 'garante de la agresión y la arbitrariedad' en este contencioso.

Hoy, la presidencia de la UE corresponde

a Dinamarca, que cerró hace unos años su

Embajada en Rabat para abrir una en Argel.

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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