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Reportaje:

Barcelona aprovecha el verano para realizar obras en las zonas de mayor tráfico

Coches y excavadoras comparten el espacio en Ronda del Mig, Ronda Litoral y Diagonal

En Barcelona, con el verano baja el tráfico y llegan las obras. Las tres grandes actuaciones en marcha (cubrimiento de la Ronda del Mig, reordenación de la zona del Besòs y trazado del tranvía), sumadas a otras de menor calibre, convierten la ciudad en una carrera de obstáculos. Los afectados lo soportan con resignación. Los trabajos avanzan a ritmo desigual. En la ronda hay una actividad frenética; el tranvía, en cambio, es mucho más lento y, para colmo, ha topado con trabas burocráticas.

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No es el peor verano de Barcelona en lo que a obras se refiere, pero las que hay afectan a puntos tan neurálgicos que apenas hay ciudadano que, por un motivo u otro, no las sufra. Es el precio del futuro que la ciudad escribe con paletadas de hormigón. Y en esta ocasión, las obras afectan no sólo a la ciudad administrativa, sino que se desbordan por la ciudad metropolitana. El trazado del tranvía ha marcado ya su impronta en L'Hospitalet, Esplugues y Cornellà, además de Barcelona.

Además de las tres grandes obras (rondas Litoral y del Mig y Diagonal), hay otras que vienen de atrás o que se reanudan en verano. Entre las primeras, la reurbanización del paseo de Maragall y el colector de la calle de Diputació en su confluencia con la de Tarragona, que supone una mayor afluencia de tráfico en la calle de Aragó, vía que ya recibe muchos más coches por la zona de Meridiana como consecuencia del corte de Mallorca para mejoras en la red de saneamiento.

Los obreros se toman su trabajo muy en serio, pero han asumido totalmente el proceso de división técnica del trabajo. Si se le pregunta a uno por el tipo de asfalto, responde: 'Yo soy de semáforos' o remite a la jerarquía, que tiene una visión de conjunto que, con frecuencia, al mirón se le escapa.

Hay obras sorprendentes: las de la línea 9. Inauguradas en Badalona por el conseller en cap, Artur Mas, con gran boato el 22 de junio, un mes después allí no hay ni mirones. Tampoco hay nada que ver porque no hay nadie que trabaje.

Como cada verano, Barcelona está patas arriba, con la peculiaridad de que este año coinciden tres obras de gran envergadura que supondrán una gran transformación en la fisonomía de la ciudad. La Ronda Litoral en el área del Besòs, una zona que parecía una chatarrería y que, como ya ocurrió con el área que hoy es la Villa Olímpica, quedará convertida en un espacio conectado a la ciudad. Para eso, entre otras cosas, servirá la celebración del Fòrum de les Cultures el año 2004. En el otro lado de la ciudad, el trazado del tranvía del Llobregat, el Trambaix, prolongará las conexiones con transporte público desde la parte alta de la Diagonal hasta los municipios del Baix Llobregat, también con calles reventadas por la obra. Finalmente, la cobertura de tres tramos de la Ronda del Mig dotará a la ciudad después del verano de uno de los túneles urbanos más largos de Europa e incrementará la superficie para uso y disfrute de los vecinos. Éste era el estado de las obras esta semana:

- Trambaix: vuelven los raíles a la calle. Las obras del tranvía avanzan a un ritmo irregular. El tramo que discurre por la ciudad de Barcelona (de Francesc Macià a la zona universitaria) es el más avanzado, mientras que en los municipios de L'Hospitalet, Esplugues y Cornellà las obras están menos desarrolladas. En el caso del tramo de Sant Just Desvern hasta Sant Feliu de Llobregat, todavía no hay ni rastro de los trabajos, porque el Ministerio de Fomento no dio el permiso para iniciarlos en la A-2 hasta el pasado miércoles.

En un principio las obras de la Diagonal tenían que estar listas a finales de septiembre. Llevan un mes de retraso. En una mañana de trabajo de esta semana, en la Diagonal había unos 60 obreros, mientras que según Tram Met, la empresa que construye y explotará el tranvía, debía haber 131. La mayor parte de ellos se concentraban en la confluencia de la Diagonal con la avenida de Sarrià, y las calles de Numància y Entença. Los vehículos que llegan a la Diagonal por la avenida de Sarrià ya pasan por encima de las vías. En la zona de Maria Cristina y Palau Reial, los usuarios del metro deben sortear un laberinto de rejas para acceder a las bocas, que en agosto se trasladarán a las aceras. En el caso del tramo que discurre por la zona universitaria, el proyecto se encuentra en fase de redacción y aprobación.

En la carretera de Cornellà, en el término municipal de Esplugues, en el centro de la calzada se está trabajando en las aceras y las obras se han frenado parcialmente porque, a petición del Ayuntamiento, se está haciendo un colector para aguas pluviales. No había. La obra bruta de este tramo debería estar terminada en octubre, ya que después se trabajará sólo dentro de la plataforma y no tendrá tanto impacto en la circulación. En la carretera de Esplugues, en Cornellà, el ritmo de las obras se ha visto afectado por la construcción de otro colector que coincide en su trazado con la plataforma del tranvía. Las obras del colector terminaron el pasado miércoles. Uno lo ha pagado el municipio, el otro se carga a las obras del tranvía.

La construcción del tranvía dificulta bastante la circulación en estas localidades. El conductor tiene que sortear un sinfín de conos, vallas y señalizaciones. Los peatones no lo tienen mejor: se ven en la obligación de subir y bajar de la calzada como si de una eslalon se tratara. El número de trabajadores facilitado por la empresa constructora no coincide con los que se pueden contar a pie de obra. Las cifras se refieren a 425 obreros, pero algunos deben de ser invisibles o trabajar por turnos.

- Ronda del Mig: el túnel de nunca acabar. La cobertura de la Ronda del Mig, en los tres tramos en obras -de Sardenya a Escorial, de Mejía Lequerica a Travessera de les Corts y de Constitució a la plaza de Cerdà- es una clase de ingeniería puntera en directo. Cada uno de los tramos tiene unos 400 metros de longitud y, cuando estén acabados, los de Les Corts y la Bordeta formarán parte de uno de los túneles urbanos más largos de Europa: 2.200 metros.

Las obras, que comenzaron hace un año y deben estar listas antes de final 2002, llevan un ritmo desigual. Lo mismo sucede con el número de trabajadores, cuya presencia depende del estado de ejecución de cada obra. Así, si se trata de mover tierra o pavimentar, basta con una decena de hombres y sus correspondientes máquinas. En cambio, a la hora de ultimar las instalaciones, los túneles se convierten en un frenesí de obreros que instalan la iluminación, los ventiladores, las cámaras y los postes de socorro.

Durante esta semana, entre las tres obras sumaban un total de 206 trabajadores, la mayoría de ellos concentrados entre la Travessera de les Corts y la plaza de Cerdà, los dos tramos que deben estar acabados después del verano y cuya realización ha supuesto mayor dificultad y afectación para el tráfico, con desvíos que han variado hasta tres veces. Así como la urbanización de la cobertura, a la vista de los vecinos, se encuentra en una fase muy primaria, en el interior de los túneles las obras avanzan a buen ritmo y se podrán abrir al tráfico a finales de septiembre. La urbanización de la cubierta quedará para más tarde.

En la zona de la Ronda del Mig con la calle del Escorial, la obra tiene mucha menos complicación y la ventaja añadida de que el desvío de tráfico ha sido el mismo en todo su desarrollo desde hace un año. Una de las bocas del túnel está ya acabada y abierta al tráfico. La otra se está comenzando a cubrir, con la peculiaridad de que todas las vigas son distintas y hay que colocarlas en orden, según van llegando desde Manresa y Zaragoza.

- El proyecto faraónico: la Ronda Litoral. Pero la obra magna, el sueño de los mirones que se extasían observando el ir y venir de grúas y obreros, es la obra que se realiza en la Ronda Litoral, en la zona de Diagonal-Mar y costa de Llevant, que acogerá todas las infraestructuras para la celebración del Fòrum 2004. En un espacio que multiplica por cinco el de la Villa Olímpica o el equivalente a 214 hectáreas, lo que supone remover dos millones de metros cúbicos de tierra, 1.600 obreros trabajan a destajo en 31 de los 33 proyectos destinados a una zona que es una ambiciosa apuesta de futuro. Pese a la envergadura del proyecto, de momento apenas hay restricciones de tráfico, pues es una zona alejada del centro y el tránsito en la Ronda Litoral funciona sin problemas. A partir de 2003, cuando el ritmo de las obras se intensifique y el número de trabajadores llegue a 3.000, ya se verá.

El sonido martilleante de una inmensa perforadora marca el tic-tac del tiempo, que vuela y recuerda que las obras de la inmensa explanada, epicentro de lo que será el encuentro internacional, el centro de convenciones y el edificio del Fòrum, deben estar acabadas antes de abril de 2004. Los otros proyectos -la nueva playa de la Mar Bella, el hotel Plaza Forum, el parque Litoral suroeste, el puerto deportivo, el ecoparque, manzanas para oficinas y hoteles, además de la construcción de hasta 800 pisos y el conglomerado de infraestructuras viarias para metro, tren y, claro, coches- dan al gigantesco terreno del futuro Fòrum, que ocupa más de tres kilómetros de litoral, un aspecto de organismo vivo que cambia día a día. De momento, es un caos que se multiplica y que sólo algunas mentes saben leer. Los barceloneses empiezan a seguir con interés y detenimiento el desarrollo de esta pata noreste de la ciudad: en sólo una mañana, hasta 200 personas llegan hasta ese inmenso recodo, aún separado del resto, para contemplar esta empresa faraónica, y son muchos los que repiten. Como la Exposición Universal de 1888, la Internacional de 1929 y los Juegos Olímpicos de 1992, el Fòrum 2004 es la excusa para renovar las infraestructuras de una ciudad que parece que sólo es capaz de renacer ante los grandes retos culturales que ella misma se encarga de promover.

Las expropiaciones frenan el tranvía

Permisos, cesiones, expropiaciones. Los trámites para la realización de una gran obra no son fáciles. Y es el caso del Trambaix. El ciudadano tiende a descargar sus iras sobre quien ocupa las calles e interrumpe la marcha del tráfico, sin ver el permiso que no llega, el trazado que se cambia, la expropiación no realizada. En la antigua N-340, después de que en mayo el Ministerio de Fomento entregara la cesión, siguen pendientes algunas expropiaciones cuya responsabilidad recae conjuntamente en la Autoridad del Transporte Metropolitano (ATM) y el Ayuntamiento respectivo, según fuentes municipales. La ATM declinó hacer ningún comentario al respecto, aunque aseguró que los terrenos estarán disponibles en octubre. De momento, las obras están paradas en algunos tramos porque los inquilinos ocupan bloques que tienen que desaparecer para poder realizar las obras. En la carretera de Cornellà, en Esplugues, falta expropiar dos terrenos y se prevé que puedan quedar libres a finales de julio. El tramo de la zona universitaria fue aprobado el 12 de julio, al igual que el de Gregorio Marañón Hasta finales de septiembre habrá que esperar en la carretera de Esplugues para que se pueda trabajar donde ahora están los 12 edificios que quedan pendientes de expropiación. Fuentes muncipales vuelven a apuntar hacia la ATM, que, dicen, parece haber empeorado desde que ha cambiado de presidente. Antes era Pere Macias, ahora es Felip Puig.

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