'¿Es esto lo que le gusta al Príncipe?'
El FAD convocó una tertulia para debatir sobre la estética de la arquitectura y el interiorismo de la casa de don Felipe
Entre sorprendidos y tristes. La nueva casa del Príncipe ha caído como un ducha de agua fría sobre no pocos arquitectos y diseñadores que confiaban en que el heredero a la Corona mostrara una sensibilidad más acorde con la creación contemporánea de vanguardia. '¿Realmente es esto lo que le gusta al Príncipe?', se preguntaba Juli Capella, presidente del Fomento de las Artes Decorativas (FAD), la entidad barcelonesa que promueve la arquitectura y el diseño contemporáneos, que impulsó en la noche del pasado miércoles una tertulia para debatir sobre la arquitectura y el interiorismo de este edificio.
Javier Mariscal explicó que se lo preguntó directamente a Felipe de Borbón el día en que éste entregó los Premios Nacionales de Diseño en Barcelona. 'Su respuesta fue: 'Patrimonio ha decidido'. Me parece triste que, si es así, no pueda tener ni siquiera voz en este tipo de decisiones que afectan a la estética de su propia casa, que, y por eso me permito criticarla, tiene además una función de representación oficial', afirmó el diseñador.
Mariscal, al igual que otros diseñadores y arquitectos que participaron en el debate, criticó abiertamente la casa de 1.800 metros cuadrados, 4.237.135 euros de coste a cargo de los Presupuestos del Estado y diseño del director del Patrimonio Arquitectónico del Patrimonio Nacional, Manuel del Río. 'Es un quiero y no puedo. Una amalgama de chapuzas de hotel de tres estrellas provinciano que intenta ser de lujo', afirmó Mariscal. 'Parece la adaptación del estilo de casas pareadas que se perpetran en las nuevas urbanizaciones de toda España', señaló por su parte el arquitecto Josep Bohígas. 'El diseño español acaba de bajar varios enteros. Ha sido una ocasión perdida para haber apostado por la modernidad', dijo Juli Capella, para quien, pese a no estar obligados, lo correcto hubiera sido convocar un concurso público. 'Desde el FAD pensamos enviar una carta a la Casa Real en la que, de forma respetuosa, les explicaremos nuestra opinión al respecto', añadió. En el debate, distendido, hubo unanimidad en calificar la casa de 'horrorosa', aunque hubo gran diversidad de sinónimos. El diseñador Claret Serrahima zanjó que refleja 'la bancarrota estética y cultural a la que nos está llevando la derecha'.
Babelia
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