Fito Páez visita España con una gira 'sin presiones promocionales'
El artista, tras su paso por el cine, reivindica los conciertos como terapia
Aparentemente relajado, aunque con signos evidentes de vivir una fuerte tensión interior, Fito Páez alude a su necesidad de actuar en directo tras la promoción de su primera película como director, Vidas privadas: 'Estuve un año trabajando en la película y es un trabajo muy solitario y con mucha presión. En agosto llamé a los muchachos y les dije: '¡No puedo más! ¡Ármenme una gira, aunque sea por bares'. Estos días actúa en España.
Es un periplo corto el de Fito Páez (Rosario, 1963) por España. Desde el pasado viernes ha actuado en Santiago de Compostela, Madrid y Salamanca; mañana estará en Cartagena y el sábado en Barcelona. El cantante resalta el ambiente de libertad que envuelve la gira. 'Es tocar sin la presión de presentar un disco, sin promoción, sin nada. Armamos el repertorio quince minutos antes de tocar y lo cambiamos en el escenario. ¿Género? El que tengamos ganas de hacer en cada momento. Es todo muy estimulante, porque realmente necesitaba tocar, el escenario, la luz, la ceremonia, la celebración que es un concierto. Me hace bien'.
El artista argentino admite la especie de esquizofrenia que destilaba su último disco, Rey sol, en el que, junto a la felicidad y la plenitud que sentía tras la llegada de su primer hijo, también cabía la desesperación por la situación que vivía Argentina y que ha desembocado en un colapso económico y social.
Fito no exhibe ningún optimismo en el análisis que realiza sobre su país: 'Hay dieciséis millones de pobres y ocho millones de indigentes. Es decir, ocho millones de personas que viven muy por debajo de los niveles de pobreza. Eso significa que no se sabe dónde van a dormir, que no se sabe dónde van a comer... Eso genera violencia, robo, locura... Y no hay estructura capaz de gobernar o, simplemente, de atenuar eso'.
Cree que de la situación sacarán lecciones de humildad 'En Argentina todos somos siempre lo más en todo. Pero la suma siempre da menos. Algo estaremos haciendo mal entonces'.
Y reivindica también el derecho a la risa para evitar que se produzca la deshumanización completa por la vía de la desesperación.
'Cuando Charly García cantaba hace más de veinte años 'la alegría no es sólo brasilera', estaba intentando meter la risa en todo. No la risa peronista, sino la risa del porro, y no lo digo como apología de nada. Es la risa del pillo, del niño, la risa linda. De alguna manera, ése fue un territorio que él intentó explorar y que yo intento continuar.
Babelia
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