Privatización en atención primaria
El término privatización en el mundo de la sanidad pública valenciana hace derivar nuestro pensamiento hacia el hospital de Alzira, por más que desde instancias oficiales se haya insistido hasta la saciedad que sólo es privada la gestión del servicio y no éste en sí mismo. Pero en el servicio valenciano de salud se ha producido otra privatización que ha sido directamente ocultada por la Administración. Esta privatización afecta a la atención primaria y como en el caso de Alzira el servicio que se da a la población es el que el sistema público determina que debe ser, mientras que la Administración se desentiende de una parte importante de la inversión necesaria para esta prestación. Pero si en el caso de Alzira la gestión se adjudicó mediante algún procedimiento público, en atención primaria esto se deja en manos de los profesionales encargados de la prestación del servicio pero como consecuencia de las condiciones de trabajo.
En atención primaria son una parte importante del trabajo la atención comunitaria, la asistencia a domicilio, y la atención urgente. Para llevar a cabo estas tareas será necesario disponer de los materiales adecuados, de un medio de trasporte, y para el personal el calzado y ropas adecuadas para poder trabajar de forma eficaz y segura.
De todo esto que se supone que debería correr a cargo de la Administración, disponemos de un pijama blanco con escasos bolsillos en los que difícilmente se puede llevar casi nada, de unos zuecos que no son capaces de sujetar de forma mínima el pie y con los que se supone que podemos trabajar tanto en el centro de salud como en la carretera o en un huerto. Tenemos también un maletín en el que caben algunas recetas y volantes, y poco más.
Esta situación nos cuesta dinero, ya que si un trabajador de la sanidad pública recibe los materiales adecuados para su trabajo, el 100% de su sueldo lo puede destinar a sus necesidades, pero en caso de no disponer de los medios se verá en la necesidad de invertir una parte de su sueldo en cubrir las del trabajo. Esta situación, con ser grave para los trabajadores de atención primaria, lo es mucho más para la población atendida por lo que supone de abandono por parte de la Administración pública que no asegura la adecuada disponibilidad de los servicios.
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