Las ventajas de ser padres de un 'mártir'

Los activistas palestinos muertos en combate reciben el título de shahid (mártir), y tienen el reconocimiento, apoyo y solidaridad de toda la comunidad. El amparo se hace extensivo a la familia, convertida en parte de la nueva aristocracia palestina. La defensa de los deudos de los muertos es absoluta; participan intituciones, incluido el Ministerio de Asuntos Sociales, y las organizaciones religiosas y políticas, desde el movimiento Hamás a los partidos laicos.

Pero este apoyo es más importante y solidario cuando se trata de un suicida. Los familiares reciben a cambio una compensación económica y una pensión vitalicia, que es entregada, en la mayoría de las ocasiones, por la red de organizaciones caritativas de los movimientos fundamentalistas. Estas donaciones son el fruto de las recaudaciones y limosnas recolectadas en el mundo musulmán, incluyendo a la comunidad árabe israelí. El apoyo económico y el reconocimiento del suicida y sus allegados supone un aliciente para otros terroristas.

El Gobierno de Israel, incapaz de dar una solución política a la crisis, trata de contrarrestar el ambiente social que protege y anima a los activistas. Tras dirigir sus ataques a las estructuras sociales, religiosas y políticas palestinas, se plantea ahora hacer extensiva sus represalias a los familiares directos. Meses atrás, un diputado israelí propuso matar a los familiares de los suicidas; otros, más moderados, pedían la retirada de ayudas sociales, destruir las casas de sus padres y deportar a los allegados.

Las represalias del Gobierno israelí contra los familiares de los terroristas han provocado, en más de una ocasión, la reaccion de las instituciones, incluso del Tribunal Supremo israelí, que ha tratado de proteger con sus sentencias los posibles actos de venganza del Ejecutivo de Ariel Sharon.