Los bares de Centro amenazan con cerrar durante las fiestas

Los bares del distrito Centro están en pie de guerra. Tras la decisión del concejal del distrito, Carlos Martínez Serrano (PP), de prohibir la instalación de altavoces en la calle para poner música, amenazan con cerrar sus locales durante las fiestas de La Paloma, San Cayetano y San Lorenzo si el edil no accede a negociar. Hasta el próximo martes, los comerciantes recogerán firmas y colocarán carteles por todo el barrio.

'El Ayuntamiento de Madrid quiere imponer un nuevo estilo de fiestas', reza uno de los carteles, que muestra a un hombre y a una mujer con los oídos tapados con unos enormes auriculares. Instalar estos carteles en toda la zona de Lavapiés, la plaza de la Cebada y el Rastro es una de las iniciativas que han adoptado los propietarios de los bares del distrito para concienciar a los vecinos de que este año las fiestas de agosto en Madrid serán muy distintas a las de otros años.

'Si no hay música en la calle, la gente se marcha y no consume. Y eso no sólo nos afecta a nosotros, sino a todo el barrio', comenta uno de los dueños de las decenas de bares de la zona. Por eso, los propietarios de los locales de copas de los barrios de Latina y Lavapiés amenazan con cerrar sus locales durante las fiestas de agosto como medida de protesta ante la negativa del Ayuntamiento a permitir la música en la calle durante los festejos.

Intereses económicos

Pero antes de tomar esa decisión extrema los afectados intentarán negociar con el concejal-presidente de la Junta Municipal de Centro, Carlos Martínez Serrano. Esta misma semana le enviarán un escrito de protesta. Los dueños de los bares acusan a Martínez Serrano de favorecer, 'por intereses económicos', a los feriantes que instalan sus puestos provisionales mientras duran las fiestas, los cuales pueden tener sus tenderetes más tiempo abiertos y con un 'mayor índice de ruido' que los bares.

Los hosteleros aseguran que Martínez Serrano se negó a considerar, en la última reunión mantenida, posibles soluciones, como la de unificar la música de los bares de una misma zona con un volumen 'adecuado' o la de permitir que toquen pequeños grupos en la calle, 'como los que interpretan música en el metro'.

Los dueños de bares añaden que la única alternativa que el Ayuntamiento de Madrid les ofreció fue la de permitirles contratar una charanga para que anime las calles; esta opción ha sido considerada por los propietarios de locales como 'claramente insatisfactoria'.