Responsabilidades en Cachemira
Fuera quien fuese el responsable de la terrible matanza del pasado sábado cerca de Jammu, en la que personas disfrazadas de religiosos hindúes lanzaron granadas y dispararon contra civiles, ocasionando la muerte de al menos 27 personas, no hay dudas sobre el conjunto del problema. Los extremistas musulmanes, estén o no estén relacionados directamente con Al Qaeda, quieren provocar una guerra religiosa en Cachemira. El problema cachemir es un potente reclutador del nacionalismo islámico en Pakistán, y muchas sectas tienen su base en ese país, representando una amenaza no sólo para la estabilidad regional, sino también para la del resto del mundo. Éste es el contexto en el que debe juzgarse la conducta de los dirigentes de India y Pakistán. En este contexto, el primer ministro de India, Vajpayee, debe ser condenado, mientras Musharraf, el dirigente paquistaní, debe ser elogiado con cautela. Vajpayee ha utilizado vergonzosamente el problema cachemir (...) para alimentar el nacionalismo hindú. (...) Rechazando el reconocimiento de las raíces del problema-el hecho de que nunca se ha permitido la autoderminación de su pueblo-, busca cualquier excusa para acusar de agresión a los paquistaníes. (...) Musharraf ha persuadido a los observadores más imparciales de la sinceridad de sus esfuerzos para detener el terrorismo que utiliza como base Pakistán. (...) No redunda en interés de Pakistán minar sus legítimas reclamaciones sobre Cachemira dando su apoyo al terrorismo. Paradójicamente, el aliado real del terrorismo es el primer ministro de India. (...)
Londres, 15 de julio
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