La justicia británica eleva a 166 los asesinatos del 'Doctor Muerte'

La justicia británica emitirá esta semana 166 sentencias de asesinato tras examinar la muerte de 429 pacientes del doctor Harold Shipman. Considerado un discreto médico de familia hasta que se convirtió en el Doctor Muerte, Shipman fue condenado en 2000 a 15 penas de cadena perpetua por los 15 asesinatos probados.

La juez hará oficial esta semana la cifra de 166 asesinatos seguros y 43 probables, aunque no suficientemente probados, según aseguró ayer The Sunday Times. En 50 casos no se han logrado declaraciones o pruebas que permitan evaluar si el doctor Shipman provocó la muerte de los enfermos.

Hasta 1998 nadie sospechó de Harold Shipman, que tiene ahora 56 años, a pesar de que en 25 años de profesión certificó la muerte de 521 personas, 300 más que el médico con más muertos a sus espaldas, según reveló un estudio de la británica Universidad de Leicester.

El 80% de los pacientes falleció sin que estuviera presente ningún familiar, una tasa que dobla la media del país. Un número desproporcionado de enfermos murió entre la hora de la comida y la hora del té, pese a que las estadísticas muestran que no hay horas más propicias que otras para la muerte. Tampoco llamó la atención de nadie el desproporcionado número de pacientes que murieron en su casa o en la consulta de Shipman o que éste estuviera presente en un número de casos 25 veces superior a la media nacional.

El secreto de tanta estadística rota es que Shipman inyectó a muchos de sus pacientes una sobredosis mortal de morfina y luego certificaba su muerte aludiendo otras causas. Tampoco la desproporcionada cantidad de morfina utilizada por Shipman, que era adicto a esa droga, llamó la atención del Sistema Público de Salud del Reino Unido. Un control más estrecho de los medicamentos utilizados por los médicos es una de las lecciones dictadas por este caso.

Harold Shipman, que recibe habitualmente la visita en prisión de su mujer y sus tres hijos, se ha convertido en el mayor asesino del país, muy por delante de John Thompson, que mató a 37 personas al prender fuego a un local del Soho de Londres en 1980; de Thomas Hamilton, que mató a 16 niños en la escuela de Dunblane (Escocia) en 1996; de Michael Ryan, que tiroteó a 16 personas en 1987; de Peter Sutcliffe, el Descuartizador de Yorkshire, que tenía 13 víctimas enterradas en el jardín, y de Fred West, que asesinó a 12 personas en su Casa de los Horrores de Gloucester.