Bruselas aprieta el cinturón a la PAC

La Comisión de la Unión Europea ha planteado a los Estados miembros la aprobación de una profunda reforma de la Política Agrícola Común(PAC), basada en la reducción de precios de garantía, rebaja de ayudas y eliminación de los sistemas de intervención. La propuesta cuenta con el apoyo de Alemania y la oposición de los países del sur como Francia y España.

Las ayudas directas se reducirán hasta el 20% en un periodo de siete años, desde 2004, para destinar esos recursos al desarrollo rural

En España, los recortes afectarán a casi 200.000 explotaciones viables, pero no a quienes tienen el campo como segunda actividad

La modificación a medio plazo de la PAC era uno de los compromisos adquiridos por Bruselas en 1999 con la aprobación de la Agenda 2.000. En medios agrarios se estimaba que esta revisión iba a ser solamente un simple ajuste de la PAC. Sin embargo, el comisario Franz Fischler ha aprovechado la ocasión para plantear una reforma profunda incluyendo cambios que no pudo sacar adelante en 1999 por la oposición de Francia. Esta propuesta para modificar la PAC se enmarca en una nueva coyuntura dominada por la incertidumbre. Por un lado, en 2004 se iniciará la incorporación de nuevos países con un incremento de los gastos agrícolas. Por otra parte, es necesario ir ajustando la PAC a las exigencias de la Organización Mundial de Comercio, aunque Estados Unidos haya adoptado más medidas de apoyo a su agricultura.

Según los datos manejados por Bruselas, el coste de la ampliación en materia agrícola será de unos 1.240 millones de euros en 2004, 3.200 en 2005 y casi 4.000 millones de euros en 2006 tanto por ayudas directas como para desarrollo rural.Aunque el pago de las ayuda s directas a esos países se hará de forma progresiva desde 2004 hastas 2013, el desarrollo rural es una de las prioridades.Para ello ello hacen falta más recursos o reducir gastos. Bruselas ha optado por un mayor ahorro a costa de los profesionales del campo.

Los ejes de la propuesta

El contenido de la propuesta de reforma se puede concretar en los siguientes puntos: ahorro en los gastos, redistribución de ayudas y simplificación y desacoplamiento de los pagos.

Para lograr un ahorro en los gastos, Bruselas sigue la política iniciada en 1992 y plantea un recorte del 5% en los precios para los cultivos herbáceos, donde destaca además la rebaja del 27% en la ayuda para el trigo duro. Se propone una fuerte reducción en la ayuda para los forrajes desecados y el arroz y se ofrece un pago comunitario de sólo 100 euros hectárea para los frutos secos. Estas medidas pueden suponer para España un recorte de ingresos de unos 500 millones de euros anualmente

Junto a este recorte en las ayudas, Bruselas avanza su estrategia de reducción o eliminación de los mecanismos de intervención para que el libre mercado juegue a la baja, algo ya en marcha en aceite y practicamente en los cereales. En esta línea, se quieren eliminar los incrementos mensuales en los precios para para los cereales.En arroz se rebajan los precios de intervención y se implanta el almacenamiento privado.Todo ello reduce los costes de la UE al dejarlo todo al juego del mercado.

Ante la falta de recursos, la reforma de la Política Agrícola Común tiene como segundo objetivo la redistribución de los fondos actuales. En 2001, sobre un gasto total en PAC de 43.600 millones de euros, 37.127 fueron como ayudas directas o primer pilar y 6.500 como ayudas al desarrollo rural o segundo pilar. La UE propone reducir anualmente un 3% las ayudas directas a todos los perceptores con ingresos superiores a los 5.000 euros, con bonificaciones por mano de obra.Ese recorte se quiere elevar hasta el 20% en siete años y los fondos se destinarán a desarrollo rural. El pago máximo de una ayuda directa por explotación será de 300.000 euros.

En España, en 2001, las ayudas directas fueron de 5.365 millones de euros y de 1.160 millones de euros para desarrollo rural. Esta propuesta supondrá reducir en unos 1.200 millones de euros la ayuda que va directamenter a los bolsillos de los agricultores o ganaderos profesionales del campo. Miguel Arias Cañete cree que con el nuevo sistema aumentarán los fondos para desarrollo rural, que serán cofinanciados. El sector no se lo cree y estima que en todo caso no irán a manos de los profesionales del campo cuyas rentas se generan fundamentalmente vía precios y ayudas directas. No se entiende que no se hagan reducciones a los miles de pequeños perceptores que tienen el campo como segunda actividad.

Finalmente el tercer eje de la reforma es la propuesta para simplificar el pago de ayudas y desacoplar sus pagos de la producción Se propone el pago fijo por explotación en función de sus ayudas históricas. Simplificar la PAC es positivo. Pagar ayudas desacopladas también lo sería si hay un control para evitar que la seguridad en los pagos no implique abandonos de actividad.