El pijama y la brújula
Dos maneras de abordar un viaje: 'El primero requería diez mulas, treinta bultos de equipaje, cuatro intérpretes, un cronómetro, un sextante, dos telescopios, un teodolito Borda, un barómetro, una brújula, un higómetro, cartas de presentación del rey de España y una pistola. El segundo, un pijama rosa y otro azul'. Así describe Alain de Botton dos de los muchos tipos de viaje que recoge en este libro. El primero sería el que llevó a Alexander von Humboldt a escribir Viaje a las regiones equinocciales del Nuevo Continente. El segundo, el que por los mismos años de finales del siglo XVIII inspiró a Xavier de Maistre su Viaje alrededor de mi cuarto.
Pese al pirotécnico interrogante que figura como subtítulo -'cómo ser más feliz viajando'-, por fortuna este libro no da recetas. Acaso porque, como recuerda Claudio Magris en Danubio, a la gente feliz le conviene quedarse en casa. Fiel a su género de autoayuda filosófica prêt-à-porter, Alain de Botton, todo lo más, da algunas pistas literarias y artísticas (Huysmans, Baudelaire, Wordsworth, Van Gogh, Ruskin) al hilo de conceptos como el tránsito, el exotismo, lo sublime o la contemplación. Aeropuertos, gasolineras, lagos, montañas y habitaciones alternan en estas páginas con viajes del propio autor a Barbados, Madrid, Amsterdam o la Provenza. Curiosamente es en la práctica viajera donde reside la mayor debilidad de un empeño que alcanza su mayor altura en la teoría. Mucho mejor en la glosa que en la narración, Alain de Botton maneja peor la brújula que el pijama.
EL ARTE DE VIAJAR
Alain de Botton. Traducción de Pablo Hermida Lazcano Taurus. Madrid, 2002 248 páginas. 17 euros
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