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Koldobika Jauregi muestra en San Sebastián 'los titubeos' de su proceso escultórico

El artista expone esculturas y maquetas de piezas que nunca han salido de su taller

El artista duda y titubea en el camino de la creación; desecha más de una idea y, en ocasiones, se rinde ante una obra que no funciona. Pero estas vacilaciones e inseguridades no suelen plasmarse en las salas de exposiciones. Son el lado oculto de un proceso que Koldobika Jauregi (Alkiza, 1959), escultor de proyección internacional, se empeña ahora en explicar. El artista inaugura hoy en la sede donostiarra de Inasmet Estética del Proceso, una exposición didáctica que reúne maquetas y piezas gráficas que se han quedado en el camino de su investigación plástica.

Jauregi abre las puertas de su taller de la mano del centro tecnológico Inasmet, que le confía una de las actividades estrella de su 40 aniversario. 'Antes los artistas trabajábamos para la Iglesia y el Estado. Ahora lo hacemos para el campo privado y tenemos más libertad de acción y de creación', dijo ayer durante la presentación de la muestra.

Lo que aquí propone es una ambiciosa exposición con un fin eminentemente didáctico. 'Pretendemos mostrar parte de un hacer escultórico que normalmente no puede verse; piezas, maquetas, que están en el taller y no llegan al mercado', explicó. 'Se trata de explicar los titubeos que hay en todo el proceso de la investigación plástica, que también tienen su estética'. Él lo hace, sacando a la luz casi 25 años de su vida como escultor. Muestra maquetas y obra gráfica donde la idea aparece en bruto y desgrana el camino 'donde se depura desde la figuración hasta la abstracción, desde los materiales pobres u ocasionales hasta la elección del definitivo y todo su proceso de transformación'.

Veinte espacios

El artista ha dispuesto sus creaciones en una veintena de espacios, tanto en el interior, como en el exterior del edificio. De hecho, saluda al visitante en la calle con unos hierros fundidos, únicas piezas expresamente realizadas para la ocasión. Ya en una sala, trata de difundir diferentes aspectos del acto creativo: desde los intentos encaminados a buscar la forma, hasta los procesos de experimentación con silicona, arena y cera perdida para realizar esculturas con metales o aleaciones como bronce, aluminio, plomo o hierro.

En este último espacio presenta unos caballos de fundición a la cera perdida, su original en yeso y madera, el molde de silicona o el contramolde de yeso. 'Estos procecimientos', explica en un panel, 'se utilizan fundamentalmente para la obtención de copias de un original cuya reproducción tiene un límite de ejemplares fijado por el autor'. En la misma estancia resume el estudio que ha realizado de la anatomía a lo largo de los años y que le ha servido de guía para algunas de su obras. Y lo hace a través de unas piezas en forma de mano y brazos.

No hay un eje temático que dé unidad a esta exposición, que permanecerá abierta al público todo los fines de semana hasta el próximo 11 de agosto. El artista exhibe lo mismo una gran escultura abstracta en madera del cuerpo desnudo de una mujer, que una pieza en hierro; un cráneo de pollo, o una vitrina de juegos. 'A veces el arte tiende a hacerse demasiado serio y, por desgracia, pierde parte de su esencia: lo lúdico', dice Jauregi.

El escultor, apadrinado en su día por los Chillida, trata de 'desmitificar que se trate de una cosa muy sesuda'. En el centro tecnológico Inasmet muestra desde un ajedrez con piezas convertidas en esculturas, hasta un perro-puzzle, junto a varias piezas coloristas. 'Del diseño de un juego puede crearse una escultura y de una escultura pueden salir buenos ejemplos de juguetes', constata con ejemplos.

Esta no es la primera vez que el escultor se encerraba en su taller para responder a la llamada de Inasmet. En 2000 realizó un yunque de hierro para el nuevo edificio del centro, situado en el Parque Tecnológico de Miramón. Pero en esta ocasión se enfrentaba a un reto mucho mayor.

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