Mujeres de Túnez se movilizan para apoyar a una huelguista de hambre
La abogada Radhia Nasraui reivindica la puesta en libertad de su marido, preso político
'Me decidí cuando vi a mi hija pequeña llorar y reclamar a su padre, al que sólo conoce de nombre'. Así explicaba, con voz cansina, a Le Monde Radhia Nasraui, abogada tunecina y defensora de los derechos humanos, el porqué de la huelga de hambre que empezó en el salón de su casa hoy hace 15 días. El padre por el que esa niña de tres años pregunta entre sollozos es Hamma Hammami, de 50 años, dirigente del ilegal Partido Comunista de los Obreros de Túnez.
Tras cuatro años de clandestinidad, Hammami salió a la luz a finales del año pasado para ser condenado a 38 meses de cárcel. Si Nasraui, de 48 años, sólo se alimenta ahora de agua con azúcar es para exigir 'la liberación inmediata y sin condiciones' de su marido, al que defendió como abogada en 1974, y el 'cese del acoso' por las fuerzas de seguridad a sus dos hijas mayores de 19 y 13 años.
En su reivindicación, Nasraui ha recibido el respaldo de un puñado de mujeres que lucha por la democratización de ese país turístico gobernado con mano de hierro por el presidente, Ben Alí. No en balde Túnez es el país árabe en el que las mujeres están más emancipadas desde los tiempos del presidente Habib Burguiba.
'Hemos creado un comité de apoyo a Radhia integrado exclusivamente por mujeres pertenecientes a organizaciones de defensa de los derechos humanos, a asociaciones de abogadas etcétera', explica al teléfono Hela Abdeljauad, presidenta de la Asociación Tunecina de Mujeres Demócratas. Cuatro partidos políticos, dos legales y dos ilegales, han expresado su solidaridad con la huelguista.
'Enviamos cartas a los ministros de Justicia, Interior y de la Mujer solicitándoles que nos reciban para buscar una solución, una mejora de las condiciones de detención de Hammami y de los derechos de visita de su familia', prosigue Abdeljauad, 'pero hemos recibido la callada por respuesta'. La prensa tunecina ignora también la huelga de hambre de Nasraui.
Adbeljaouad, que es también médica, confiesa su 'gran preocupación' por el deterioro del estado de salud de la huelguista, que ha perdido más de 10 kilos en dos semanas. 'Confiemos en que, a pesar de su determinación, no ponga su vida en peligro'.
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