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Entrevista:MARCO PASTORS | Concejal de Rotterdam afín a Pim Fortuyn

"Los inmigrantes deben respetar la cultura europea"

Marco Pastors es concejal de Rotterdam Habitable, movimiento fundado por Pim Fortuyn, el político holandés asesinado en mayo pasado. Fue la formación más votada en las elecciones municipales de marzo pasado y forma parte de la coalición que gobierna una ciudad en la que los inmigrantes son ya el 44% de la población. En 10 años serán mayoría, vaticina Pastors, que ayer conversó con EL PAÍS antes de participar en un debate sobre la nueva derecha europea organizado en Madrid por The Economist.

Pregunta. ¿Cómo definiría su movimiento? ¿Qué lo hace distinto a los demás?

Respuesta. Si la pregunta es si somos populistas o de derechas, es irrelevante. No tenemos tradición política, sino social. Observamos lo que sucede en la sociedad y analizamos qué deberíamos hacer para resolver sus problemas. No somos de derechas, porque si hay que subir los impuestos, los subimos. Tampoco somos de izquierdas, así que no tenemos problema al hablar de inmigración. De lo que se trata es de si existe un partido político que identifique los problemas que están emergiendo en Holanda y en Europa, y que pueda hacer algo para resolverlos.

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P. ¿Cuáles son sus soluciones a esos problemas?

R. Nuestra solución es que si no se habla de un problema, es imposible resolverlo. Hay que empezar por analizar el problema, identificarlo. Si se le dice a la gente que quieres hablar sobre los inmigrantes del barrio, antes de terminar la frase te dicen que eres un racista, un ultraderechista, que no deberías hablar de ello.Es como mantener tapada una olla: sólo puedes hacerlo durante un tiempo, porque si se sigue calentando, la presión acabará por hacer que explote. Es bueno levantar la tapa, y creo que eso es lo que hizo Pim Fortuyn. Ha sido prácticamente el único en plantear estos problemas. Después de hablar sobre los problemas es más fácil crear energía positiva y olvidar lo negativo, que la gente pueda decir libremente: no es bueno que usted viva en Holanda y no hable holandés, que no pueda comunicarse con la gente que vive aquí.

P. ¿Es partidario de cerrar la puerta a los nuevos inmigrantes?

R. Estoy a favor de cerrar las puertas a inmigrantes que el país no puede manejar; es una cuestión de cifras. Compárelo usted con su casa: está bien tener invitados, pero si tiene 300 es demasiado. Es necesario un equilibrio.

P. ¿Y los que ya están?

R. Pueden quedarse. Ése no es el problema, el problema es el crecimiento. Si en los próximos años logramos controlar el número, nuestra máquina de inmigración funcionará como debe.

P. ¿Cree que la inmigración islámica es una amenaza para los valores tradicionales de tolerancia y libertad de los holandeses?

R. En Holanda tenemos una separación entre Iglesia y Estado que no existe en el islam. En Holanda hay libertad de religión, pero cuando se trata de autorizar el maltrato de las mujeres, como hace el Corán, el islam tiene una visión distinta de las leyes holandesas y del resto de Europa. Lo que nunca sucede es que los musulmanes digan: estamos en Holanda y cumplimos las leyes holandesas. Si usted habla con musulmanes, y sucede cada vez más en la televisión y en los periódicos, se limitan a decir algo así como que no es obligatorio pegar a tu mujer y que, por tanto, se puede vivir como musulmán en Holanda. Eso es legalmente correcto, pero no da la sensación de que hay un deseo de comprender a los demás.

P. ¿Qué se puede hacer para integrarlos?

R. Deben empezar por querer integrarse ellos. Como occidentales, debemos decirles: tienes libertad religiosa, pero también eres miembro de nuestra sociedad y tienes que comportarte como tal, debes respetar nuestra cultura.

P. ¿Hay otros movimientos similares al suyo en otros países europeos? Se habla de paralelismos con Haider en Austria, Fini en Italia o Le Pen en Francia...

R. Lo único que tenemos en común es que ellos también hablan de la inmigración, pero nada más. Nos comparamos más con lo que Berlusconi ha hecho en Italia, con su visión empresarial para mejorar las cosas.

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