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LA ESTRATEGIA DE ENFRENTAMIENTO EN EL PAÍS VASCO

ETA diseñó la estrategia de desobediencia civil como parte fundamental de su proyecto

El sumario de Garzón atribuye a la banda el diseño de medidas como el censo y el carné de identidad vasco

El sumario sobre presuntas vinculaciones de Batasuna con ETA que el juez Baltasar Garzón acaba de enviar a la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional incluye una amplia investigación sobre el 'proyecto de desobediencia civil', estrategia de contrapoder de la que forman parte iniciativas como el censo y el carné de identidad vascos. Según grupos y plataformas integrados en el movimiento, la desobediencia es hoy el 'instrumento más poderoso' para alcanzar la soberanía-independencia y la unidad territorial (incorporación de Navarra y las provincias vascas francesas), un área de lucha preferente para avanzar y dar contenido al proceso de autodeterminación.

El proyecto comprende una multiplicidad de gestos y actitudes inicialmente testimoniales, desde negarse a utilizar el castellano a ignorar a 'los elementos armados' -agentes de la autoridad-, pasando por el boicoteo a las instituciones españolas. Su objetivo es generar, con respaldo de los ayuntamientos afines, una cultura política y social de ruptura con España, una escisión de hecho que asegure el triunfo en la prevista consulta popular, constreñida a la comunidad autónoma como plantea el lehendakari Juan José Ibarretxe, o extendida al conjunto de Euskal Herria como reclama ETA-Batasuna.

Se trata de generar una cultura política y social de ruptura con España, una escisión de hecho
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Pese a las detenciones de los responsables de EKIN (extensión legal de la oficina política de ETA), a quienes Garzón imputa el control de esa estrategia, la campaña sigue adelante. A ese clima responde el interés de los sindicatos nacionalistas ELA-STV y LAB de negarse a compartir con los sindicatos 'españoles' CCOO y UGT la pasada jornada de huelga general y la declaración 'nos vamos de España' del secretario general de ELA-STV, José Elorrieta. Doce euros, tres fotografías y acreditar el lugar de residencia son los requisitos que los responsables de Udalbiltza (comunidad de municipios controlados por Batasuna) solicitan a los vascos franceses que quieran disponer de un carné de identidad vasco. Hace año y medio, esta Udalbiltza -hay otra que reúne a los ayuntamientos del PNV y EA- decía contar con 100.000 solicitudes.

Con la voluminosa documentación intervenida a los dirigentes de ETA y a los responsables de EKIN en la mano, los investigadores creen que pueden probar que esa estrategia de ruptura ha sido diseñada, organizada y dirigida por la organización terrorista. El sumario de Garzón incluye el zutabe (órgano interno de ETA) número 72, en el que se estructuran los ejes del proyecto y se establece que, aunque la desobediencia debe tener su propia autonomía respecto a la 'lucha armada' y la 'lucha institucional', debe ser complementaria, dentro de una estrategia común.

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La policía francesa encontró el 9 de marzo de 1999 en el apartamento en París del jefe militar de ETA, Arizkuren Ruiz, Kantauri, documentos que desarrollan la estrategia de desobediencia. Se descubrió que Kantauri no siguió las instrucciones irakur eta erre (léelo y destrúyelo) que encabezan la barne zirkularra (circular interna) de ETA de noviembre de 1998, dos meses después de la declaración de tregua. En el escrito se dice que 'las labores de desobediencia tendrán que dar un salto en esta fase por parte de todas las fuerzas políticas, sindicales y sociales comprometidas', y se apunta que las fuerzas implicadas en el Pacto de Lizarra (PNV, EA, Batasuna, IU) deben negarse a aplicar la Ley Antiterrorista y a poner a los detenidos a disposición de la Audiencia Nacional. La dirección de ETA sostiene que, con Lizarra, disuelto tras la ruptura de la tregua, 'se ha producido un avance considerable en la acumulación de fuerzas necesaria para la construcción nacional'. Según ese texto, la estrategia a seguir debe estar marcada por la reivindicación de 'dar la palabra al pueblo', subrayar el 'agotamiento del marco institucional', capitalizar el 'deseo de paz y la solución política predominante en la sociedad', acelerar la 'labor política de la lucha armada' y 'acumular fuerzas'.

La situación creada por la tregua y por Lizarra suscita análisis optimistas, a juzgar por los informes que remiten los responsables de Gestoras, EKIN y otros asociados al universo de ETA, pero no faltan opiniones que, hablan de 'excesiva dependencia del PNV'. Entre los 'logros alcanzados' se destaca la ruptura de la 'dicotomía entre violentos y demócratas' y su sustitución por la 'confrontación entre españoles y aberzales'. Se subraya que 'ha llegado ya la hora de romper las cadenas' y declarar la 'insumisión' a España y Francia. 'La imposición tiene mil rostros. Golpead esos rostros', se indica en uno de los informes.

En el mismo apartamento de París, la policía encontró también dos escritos de KAS (predecesor de EKIN) que con el título de Kronika daban cuenta a la dirección de ETA de dos reuniones, una con responsables de la Fundación Zumalabe y la otra con los miembros del colectivo Santi Brouard: Patxi Goenaga, Mikel Zubimendi, Mikelon, e Izaskun Larrreátegi. Los dirigentes de KAS dicen haber recibido un borrador sobre el 'proyecto de desobediencia' titulado Piztu (encender, activar) Euskal Herria', igualmente confiscado. En él se alude a la necesidad de complementar con la desobediencia las luchas de masas, institucional y de 'acción guerrillera armada'.

Según documentos en poder de Garzón, en las conversaciones grabadas a integrantes de la Fundación Zumalabe se dice que el documento Piztu Euskal Herria es 'demasiado duro' para que lo asimilen los organismos populares encargados de extenderlo y aplicarlo. De ahí que el texto presentado al Primer Encuentro de Movimientos Populares de Euskal Herria apareciera despojado de referencias a la 'lucha armada' y a 'subvertir el orden constitucional'.

Aunque las Autoderminazioaren Biltzarrak (Asambleas de la Autodeterminación) se presentan desvinculadas de Batasuna y ETA, la Policía Judicial sostiene que es un colectivo formado por la fusión de grupos en la órbita de ETA-EKIN como Amaiur, Euskaria y Abertzaleok. Como prueba, se aportan los 'nuevos códigos' intervenidos en París al responsable de ETA José María Dorronsoro Malaxetxebarria. Ahí se identifica a Amaiur con la M; a Euskaria, con E-I, y a Abertzaleok, con A-I.

Manifestación en San Sebastián de Euskal Herritarrok, en octubre de 2000, en favor de la desobediencia civil.
Manifestación en San Sebastián de Euskal Herritarrok, en octubre de 2000, en favor de la desobediencia civil.JAVIER HERNÁNDEZ

Objetivo: llenar de contenido la autodeterminación

Los documentos de los investigadores judiciales ilustran cómo casi todas las organizaciones que componen el complejo ETA-Batasuna adoptan la nueva estrategia, en línea con el contenido del documento Piztu Euskal Herria, que caracteriza a la desobediencia como el 'proyecto liberalizador que llena la autodeterminación de contenidos'. En algún caso se apunta la necesidad de extender el rechazo a la idea de España siguiendo una estrategia similar a la desplegada con el euskera. Según esos documentos, las juventudes de Jarrai-Segi-Haika se aprestan a cambiar el nombre de algunas calles, boicotear al Instituto Nacional de Empleo y a las empresas de trabajo y rechazar el pago del peaje en las autopistas. La Herriaren Liga (Liga Popular) propone, por su parte, desprenderse del 'asqueroso' DNI español o francés y adoptar el 'carné de identidad vasco', comprando en los grandes centros comerciales sin mostrar otro documento que el carné vasco. El sindicato de Abogados Euskaldunes, uno de cuyos miembros aparece integrado en la Fundación Zumalabe, plantea la utilización exclusiva del euskera en las vistas, tal y como consta en el documento Encuentros sobre desobediencia. De acuerdo con la información del sumario, la segunda fase de 'socialización' del proyecto cuenta con la plataforma Bai Euskal Herriari (Sí a Euskal Herria), que combina la invitación a la desobediencia con la exigencia de la consulta popular.

El control que ETA-EKIN ejerce presuntamente sobre el 'proyecto de desobediencia civil' se acredita en el sumario con los documentos Euskal Herria, insumisión a los estados y Guión para los análisis de los retos de cara al futuro, intervenidos al dirigente de EKIN Carlos Iñigo Blasco, así como en la agenda de trabajo confiscada al también responsable de EKIN Rubén Nieto Torio. La investigación judicial establece además que la Fundación Zumalabe aplica de hecho las directrices acordadas por EKIN y se sirve de los medios: las revistas Aldaba y Ezpala, controlados por ese organismo, caracterizado como la 'expresión legal de la oficina política de ETA'. Según los documentos de EKIN intervenidos, la desobediencia es en la actualidad 'la esencia del concepto de construcción nacional'.

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