Las obras del Archivo de Indias paralizan el trabajo de más de 50 investigadores extranjeros

Las obras de restauración que desde hace mes y medio se están realizando en el Archivo de Indias de Sevilla están perjudicando seriamente la labor de los investigadores extranjeros que vienen a la ciudad para hacer sus tesis. Muchos de ellos no pueden acceder a la parte fundamental del centro de documentación, lo que tiene paralizados sus trabajos, ocasionándoles graves perjuicios económicos e incluso pérdida de becas. El Ministerio de Cultura y el Archivo no dan una respuesta clara, y el Defensor del Pueblo, Enrique Múgica, ha abierto una queja de oficio.

Marga es chilena y estudia Historia Colonial. El sueño de su vida era venir a Sevilla para poder investigar en el histórico Archivo de Indias, pero su beca de mes y medio ya ha cumplido y tiene que regresar sin haber podido hojear más que un par de documentos. En realidad ni siquiera se llama Marga; es un nombre ficticio porque no quiere ser identificada. Según ella, ha perdido su oportunidad. La razón es la restauración que se está llevando a cabo en el inmueble, que desde hace más de un mes impide a más de 50 investigadores de distintos países acceder a los legajos que necesitan para hacer su trabajo.

Los investigadores esperan cada día a poder retomar normalmente su trabajo, y mientras nadie sabe con exactitud cuánto durará la situación, otros siguen llegando. Desde el Ministerio de Cultura no llega ninguna respuesta clara, y fuentes del Archivo de Indias han asegurado que la culpa de tanto retraso en el restablecimiento del servicio de documentación la tiene la burocracia. Los documentos en cuestión deben ser realojados en una nueva sala, pero aún no se han hecho los traslados telefónicos y de los equipos necesarios, según dichas fuentes.

Los becarios e investigadores se quejan de que supieron el cierre de la mayor parte del servicio con sólo tres días de antelación, cuando ya tenían 'todo comprometido'. Ana -también nombre ficticio-, de México, tiene que pasar un informe cada dos meses sobre el trabajo que está realizando a la Universidad que le otorgó la financiación. Ahora lleva un mes con su trabajo paralizado, 'y sin informe no hay beca', dice.

Otra estudiante de Chile insiste en la misma idea: 'Para venir aquí no sólo tuvimos que pasar una fuerte selección, sino que lo arriesgamos todo. Pedimos préstamos, embargamos nuestros suledos, renunciamos a trabajos...y si esto sigue así habrá sido para nada'.

Como el zoo

'Es como ir a trabajar al zoológico y que sólo puedas ver libros y no animales', dice un investigador norteamericano, en referencia a que sólo pueden acceder a los documentos que están digitalizados.

Lo que quieren , en definitiva, es que alguien se haga cargo del problema y lo resuelva de forma eficaz. 'Somos usuarios, y esto es patrimonio de la Humanidad', comenta Lucía.

Lo complicado de la situación ha provocado que el Defensor del Pueblo, Enrique Múgica, haya presentado una queja de oficio ante el Director General del Libro, Archivos y Bibliotecas. Su intención es que éste le informe al detalle sobre el funcionamiento actual de dicho archivo histórico.

En su queja, el Defensor ha señalado que, de ser cierto lo denunciado por los investigadores, no se estaría respondiendo al principio constitucional de eficacia proclamado en el artículo 1031 de la Constitución. Dice, además, que junto al 'perjuicio particular de los que padecen la situación', el hecho de que un archivo de semejante importancia histórica no sea capaz de ofrecer 'la debida contiuidad' en la prestación de sus servicios estaría produciendo una impresión muy 'negativa' en el ámbito científico e investigador.

Los afectados opinan que los responsables del archivo 'no sólo están quedando mal' con ellos como individuos, sino con las instituciones, universidades y países que los han enviado.