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El Tribunal de Apelación de París sobresee el proceso de las transfusiones de sangre contaminada de sida

El Tribunal de Apelación de París sobreseyó ayer la causa contra 30 personas, médicos o ex altos responsables de Sanidad, por las transfusiones de sangre contaminada de sida que se produjeron en Francia a mediados de los años ochenta, y que afectaron a más de 4.000 personas. Familiares de las víctimas prorrumpieron ayer en gritos de '¡País de mierda!' al conocer el fallo. Si el fiscal no recurra a la máxima jurisdicción penal, la sentencia puede cerrar una causa abierta hace 12 años.

El tribunal adoptó su decisión contra de la fiscalía y los abogados de los familias, que solicitaban abrir juicio. La oscuridad que rodea el asunto crece porque el tribunal comunicó el fallo, pero no los razonamientos jurídicos. Algunos familiares opinan que la sentencia permite 'la libertad de envenenar' o supone 'una amnistía encubierta'.

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El escándalo de la sangre contaminada estalló en 1984 y se prolongó hasta bien entrado 1985. El reproche principal es que se permitió demasiado tiempo que circularan los productos sanguíneos sospechosos y que se tardó demasiado en introducir la prueba obligatoria del sida en los bancos de sangre. El escándalo tuvo un alto coste político: el entonces primer ministro, Laurent Fabius, tuvo que abandonar el cargo. Fabius, no obstante, fue absuelto en 1999 de toda responsabilidad penal, igual que la ex ministra de Asuntos Sociales, Georgina Dufoix, tras ser juzgados por 'homicidios y heridas involuntarias'.

Antes se había celebrado un primer juicio contra el doctor Michel Garretta, ex director del Centro Nacional de Transfusiones de Sangre, sentenciado a cuatro años de prisión en 1994, y que se ha convertido en el único quee ha ido a prisión. Un ex consejero de Fabius también fue condenado, pero no hubo de cumplir pena alguna.

De los 30 procesados, siete estaban acusados de delito contra la salud pública y los otros 23 fueron imputados por 'homicidios involuntarios' o por hechos conexos con los delitos principales. Entre ellos está el director de gabinete de Fabius, Louis Schweitzer, hoy presidente del grupo Renault. Los defensores habían solicitado el sobreseimiento, por ausencia de nexo entre el presunto delito y el daño que se produjo.

'No hay justicia, es un Estado mafioso', gritó ante las cámaras Joëlle Boucher, madre de un niño contaminado de sida por una transfusión.

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