'Este año podemos estar cerca de Armstrong'
Igor González de Galdeano y Joseba Beloki se hacen la misma pregunta: '¿por qué no va a ser este año?'. La respuesta sólo la tienen Lance Armstrong y sus piernas. Todos parten de una misma base, de la teoría que dice que el ciclista norteamericano es superior a todos los demás y que quitarle su cuarto Tour consecutivo sólo es posible si se da una premisa, que él falle. Y ahí surge la gran cuestión: ¿cuándo ocurrirá eso? Los dos líderes del ONCE-Eroski quieren estar en primera fila el día en que suceda, y no dejan de sugestionarse: '¿por qué no va a ser este año?'.
Lance Armstrong, más bravucón que nunca, dice que sí, que Manolo Saiz es 'un gran motivador' y que hace un buen trabajo en la tarea de 'tener a sus chicos encendidos, dándoles moral, encorajinándolos'. Pero cuestiona su táctica de la bicefalia, ésa que ya utilizó en su día con Zülle y Jalabert para intentar desbancar a Induráin, o ahora con Beloki y González de Galdeano. 'Manolo [Saiz] no ha probado en la historia reciente que pueda dirigir y ganar una gran vuelta de tres semanas, especialmente el Tour de Francia', dice el americano. 'Agota a los corredores después de 10 o 12 días; hacen crack'.
'El Beloki conservador de otros años no se va a ver. Las características de este Tour lo impiden'
'Estoy encantado por la preocupación hacia el ONCE que Armstrong ha mostrado'
'Si Manolo (Saiz) ve que uno de nosotros puede ganar, explotará el otro para sacar beneficio'
'Nuestro tándem puede hacer mucho daño. En el prólogo del sábado, Igor podría vestirse de líder'
Los líderes del equipo español no contestan, prefieren mantener 'el respeto que se merece el número uno'. A lo sumo, Igor dice alegrarse de oír a Armstrong mencionar al ONCE. 'Estoy encantado porque quiere decir que le preocupa nuestro equipo. Cuando no quiere opinar de alguien no lo hace. Cuando opina, es porque el asunto sí merece su atención. Sólo eso ya significa que le preocupa'. Sobre el fondo, Beloki y Galdeano defienden que es mejor utilizar cuatro piernas, o más, para derrocar al Induráin de estos tiempos.
En una conversación auspiciada por la Cadena SER en Vitoria a escasas horas de tomar el avión hacia Luxemburgo, el tercero y quinto clasificados del último Tour ofrecen sensaciones contundentes. Deliberadamente o no, transmiten la impresión de que Igor es quien realmente funcionará como líder, y que su compañero ejercerá de martillo. 'Este Tour es más propicio para él que para mí', desliza Beloki, el español que de más cerca ha visto a Armstrong los dos últimos años. Igor no se esconde: 'La carrera se adapta mejor a mis características. La primera semana me va mejor'.
Los resultados le respaldan. Galdeano ha arrasado en el mes de junio. Ganó por 6 segundos la contrarreloj del Midi Libre al americano, quien se justificó después alegando que 'no estaba al cien por cien todavía'. Armstrong se desquitó después ganando la general por 9 segundos. Igor siguió coleccionando triunfos en la Vuelta a Alemania, donde acabó primero. También la contrarreloj del Campeonato de España se convirtió en otra exhibición del menor de la saga González de Galdeano. Tuvo que parar dos veces por sendos pinchazos, y una tercera porque iba incómodo en la cabra. En cuanto se montó en la buena, la nueva que usará en el Tour, echó a volar. Sus resultados dan que pensar a sus rivales, y también su peso, 72,5 kilos, el mismo que en la Vuelta'99, su época más gloriosa. Está fino para las contrarreloj y delgado para pasar la montaña, con una preparación intensa, 'cuarenta y pico días', más concretamente, unos 42.
Joseba Beloki, más meticuloso, siempre milimétrico cuando se refiere a la preparación, a la dieta o al sillín, llega a Luxemburgo con 58 kilos -su peso ideal- y tan sólo 18 días de competición, menos de lo programado. Una lesión a principios de año tuvo la culpa, y tal vez fue la causante de que en su primer ensayo importante, en la Bicicleta Vasca, se encontrara con un contratiempo inesperado. Se le atragantó un puerto de segunda, Lamindano, con unas duras rampas del 12%. Un detalle de flaqueza inusual en él. Beloki, en cambio, resta importancia a todo esto: 'Para este Tour creo que llego bien. No me preocupa tanto que lleve pocos días de competición, quizás por el rendimiento en la primera semana. Pero puedo coger el punto enseguida. Las etapas de Bélgica del año pasado eran más complicadas'.
Beloki ha mirado y remirado el trazado del Tour 2002, y ve que el tramo previo a la alta montaña se ha alargado. Son diez días, en vez de siete, incluida una contrarreloj larga. Además, se ha suprimido la cronoescalada. En fin, factores en su contra, así que ha llegado a la conclusión de que tendrá que cambiar la estrategia. 'Llevo dos años siendo tercero y sin arrancar nunca; siempre a rueda. Este año tengo que cambiar por las circunstancias. El Beloki conservador de otros años no puede ser. El año pasado, estaba todo decidido a falta de la última crono. Este año hay que contrarrestar ese tiempo sin esperar el fallo'. Veremos un Beloki atacante, y según él mismo anticipa, también todos los corredores de sus características, poco corpulentos, menudos y escaladores. 'También Sevilla o Kivilev. No tenemos nada que rascar la primera semana. Quizá yo tengo una ventaja con respecto a ellos, y es que dispongo de un equipo que seguro estará adelante en la contrarreloj por equipos. Por esa parte estoy tranquilo'.
Todo lo que perjudica a Beloki en cuanto al recorrido beneficia a Galdeano. El prólogo, las contrarreloj por equipos y la individual, las etapas llanas... Sólo hay un detalle que le inquieta, y es el nervio propio de la carrera antes de los Pirineos. 'Esos días, más que ganar se trata de no perder, exceptuando las contrarreloj. No perder en cuanto a caídas, a tiempo. Psicológicamente hay mucha tensión, más que cansancio físico'.
El equipo de Manolo Saiz no oculta que si puede vestir de amarillo antes de la alta montaña a uno de sus cabecillas, especialmente a Igor, lo hará. 'El equipo marcharía más relajado. Además, en el Tour no puedes esperar para ser líder', asegura Beloki, quien tiene una teoría: 'El tándem del ONCE-Eroski puede hacer mucho daño. Haciendo una buena contrarreloj por equipos, la crono larga será un mano a mano entre Igor y Armstrong'. Beloki cree incluso que su compañero podría vestirse de amarillo este sábado, en el prólogo.
El menudo escalador vasco no deja de hacer funcionar a su cabeza. Tras entrenarse en las etapas pirenaicas con diferentes climas, ha visto mentalmente la carrera cientos de veces antes de que empiece. 'En el llano habrá más control que el año pasado porque el maillot verde dará juego la primera semana. La escapada del año pasado [la que aprovecharon Kivilev y Simon] no se va a dar', y continúa con sus predicciones. 'Los Pirineos serán más complicados de lo que la gente supone. A mí me beneficia que los Alpes vengan al final...'.
Igor no es tan obsesivo. Aguarda a su segundo Tour consciente de que cada vez se comporta mejor contra el cronómetro, y con ánimo de 'estar lo más cerca de Armstrong en las contrarreloj, incluso superarle, cosa difícil'. Y confía en que eso pueda acercarle al americano en la general. El año pasado acabó el Tour a 13m 28s de él. Beloki, a 9m 5s.
Para acortar esas diferencias, Galdeano ha trabajado en sus virtudes porque opina que es mejor incidir en las cualidades propias que en los defectos. 'Cada uno, Joseba [Beloki] y yo, tiene sus cualidades, y vamos a sacar tajada en lo nuestro. Él en la montaña y yo en la contrarreloj. Este año estoy mejor, al menos en cuanto a resultados. He conseguido victorias. Otros años he estado bien, pero no súper. Joseba, al revés. Se está encontrando mejor en la montaña. Independientemente de que quieras mejorar en lo uno o en lo otro, tienes que potenciar en lo que destacas, en lo que tu cuerpo te da, y en lo otro no perder', y continúa Galdeano. 'Muchas veces hemos visto corredores que han intentado mejorar en el terreno que no es el suyo y han perdido en lo que verdaderamente es el suyo'.
Armstrong ha seguido sus ritmos, la misma fórmula mágica de los tres anteriores Tours. Es lo más parecido a un robot. No exterioriza síntomas de debilidad. Para provocarle el fallo, sus rivales no pueden quedarse quietos, esperando ese momento. Cabe la posibilidad de que haya que moverse. Y ahí radica la gran pregunta. ¿Qué haría el ONCE si, para minar al americano, hay que sacrificar a uno de los dos líderes? 'Esa decisión la tomará Manolo [Saiz]. Él tiene las cosas claras. Es un ganador y si tiene que hacerlo lo hará', contesta Igor. 'Pero para eso se tienen que dar las circunstancias. En el Tour si ves que no puedes atacar, intentas defender lo que tienes' -'Es la carrera de eliminación por excelencia', precisa Beloki-. 'Pero si Manolo ve que uno puede ganar, no dudes que uno de los dos va a explotar para intentar sacar un beneficio'. ¿Quién sería el sacrificado? La carrera lo determinará.
Después de observar al detalle todos los vídeos de las últimas carreras de Armstrong, sus victorias en el Midi Libre y la Dauphiné Libéré, Beloki, el detallista, no cree en las referencias anteriores. 'Hay que olvidarse de victorias previas, de preparaciones y de historias el día en que empieza el Tour'. Sin embargo, este año tiene 'una pequeña corazonada' de que él o Galdeano mejorarán su rendimiento. 'El año pasado ni olimos el maillot amarillo. Este año podríamos estar más cerca. Tenemos que mejorar'.
Su compañero lo matiza. 'Estamos hablando de Armstrong. Soy consciente de que lo voy a hacer bien, pero estamos hablando de Armstrong. Nuestra ilusión es poderle vencer, pero siendo realistas, sabemos que es el número uno, y que va a por el cuarto, cabezón. Toda la responsabilidad es para él. Nosotros ya hemos hecho el tercer puesto, ahora queremos el segundo o el primero. Vamos a pelear por él. Pensamos: '¿por qué no va a ser este año?', y bromea Igor: 'Si no, se va a retirar antes de que le ganemos'.
Vidas paralelas, carreras antagónicas
Si hay que buscar ejemplos de cómo llegar a un mismo sitio por diferentes caminos, ahí están Beloki y Galdeano. Los líderes del ONCE-Eroski nacieron en el mismo año, 1973. Joseba Beloki se adelantó en 81 días a Igor. Lo hizo en Lazkao (Guipúzcoa), pero pronto se trasladó con su familia a Vitoria. De allí es oriundo Igor González de Galdeano desde siempre. Sus vidas son un cúmulo de coincidencias; sin embargo, sus carreras profesionales han recorrido extremos opuestos para llegar casi al mismo sitio.
Beloki supo pronto que sería ciclista. El problema es que el ciclismo no siempre le correspondió. A los 9 años cogió la bici por primera vez con ánimo competitivo, en el club Iturribero. A Igor también le regalaron una bici California amarilla con esa edad, pero él la usaba sólo para pasear. Hasta los 12 años no compitió por primera vez, y después de mucho insistirle su tío Jacinto, ya fallecido, padre del ex profesional Íñigo González de Heredia. Igor tenía condiciones innatas, pero no afán por ganar carreras. Prefería otros entretenimientos. El ciclismo lo acabó llevando al redil. Ya en cadetes lo ganaba todo. Pronto le llamaron de la selección española y del Banesto. Igor, con carrocería de rodador, dio el salto al profesionalismo mucho antes que su compañero, embutido en un menudo cuerpo de escalador. Es la suerte de destacar desde joven.
A Beloki siempre le resultó todo más difícil. A punto estuvo de abandonar el ciclismo, hasta que un día, tardío, lo fichó el Euskaltel. Los dos empezaron en el equipo vasco como profesionales, pero nunca coincidieron. Beloki ha llegado antes arriba, tras el fulgurante y sorprendente año 2000, con Festina. El de Igor fue 1999, con su segundo puesto en la Vuelta a España y el triunfo de Arcalís, pero el quinto puesto del año pasado en Francia le consagró.
Sólo coinciden en matices. Debutaron tarde en el Tour, y cuando lo hicieron entraron por la puerta grande. Ahora los dos coinciden en el mismo equipo, y con sus hermanos, Gorka Beloki y Álvaro Galdeano.
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