_
_
_
_
Reportaje:TOUR 2002

¿Es posible la ronda sin Armstrong?

Su presencia es apabullante en los espíritus de los equipos rivales

Carlos Arribas

Algo así se debía pensar fuera de España en los recientes tiempos de Indurain. Así debía de estar el ánimo de los equipos que no fueran el Banesto según se acercaba el Tour. Tan apabullante es la presencia de Armstrong las vísperas este Tour, el que debería ser el cuarto en la ristra consecutiva del fenómeno de Texas. Tanto se habla de él, de su invencibilidad aparente que no es desatinado preguntarse si sin él sería posible el Tour 2002.

Los americanos, irónicos, se lo pueden permitir. Hablan de que éste será un Tour aburrido, a lo Indurain, y de que todos, como en tiempos del navarro, están aquí para luchar por la segunda plaza. Los no americanos, el resto del mundo, miran y remiran a sus tropas, calculan sus fuerzas, intentan ilusionarse, y desisten tras llegar a la triste conclusión de que sólo un accidente, una caída o una enfermedad pueden evitar lo inevitable.

Los españoles se presentan como los más serios adversarios del campeón estadounidense
Más información
'Este año podemos estar cerca de Armstrong'
Armstrong, el campeón rabioso
Esperando a Armstrong
Armstrong, líder desde el principio
Óscar Freire gana al 'sprint' la segunda etapa del Tour 2002
¿Armstrong o Superarmstrong?
El Tour de Francia presenta la edición de su centenario
Especial:: Tour de Francia 2002

El Tour comienza fuera de Francia, en Luxemburgo, y marcado por el fulgor de las barras y estrellas, por el neopatriotismo estadounidense post 11 de septiembre que llevó a toda la colonia, Armstrong presidiendo, a celebrar ante la tumba de su general Patton, el héroe de la Segunda Guerra Mundial, el 4 de julio con petardos. Espiritualmente fortalecidos tras la ceremonia, se disponen a dominar el Tour. No sólo Armstrong, también gente como dos ex gregarios suyos: Leipheimer, el californiano de bolsillo, tenaz como un fox terrier, que subió al podio de la última Vuelta; o como Hamilton, el bostoniano que lo hizo en el último Giro tras correr media carrera con una clavícula medio rota. Pero ellos no son rivales, son parte del folklore que acompaña al hombre que mejor ha sabido comprender el carácter de conquista de la carrera, y que mejor domina las claves que permiten controlar todos sus aspectos. Incluido el de la presión gratuita. Y el de la responsabilidad. 'Cuando crees que tienes todo hecho, y ganado antes de correrlo, es cuando estás perdido', dice. 'Así que tengo que salir a disputar el Tour como si todos los rivales fueran capaces de ganarme'.

Los rivales, salvando honorariamente, que para eso se corre en Francia, las posibilidades de Christophe Moreau, son los españoles, aunque todos contemplan como desde el exterior, como observadores y finos analistas, no como actores, los actos que se desarrollarán las próximas tres semanas. José Miguel Echávarri, que intentará que sus polluelos del iBanesto.com (Menchov, el ruso que ganó el último Tour del Porvenir, y Mancebo) saquen a la luz la grandeza ciclista que llevan dentro, recuerda la caída inesperada de Indurain en el 96, y también la de todos los campeones que han sido: inesperada e inevitable. Llega un día y, sin haber emitido señales previas de desastre, el campeón deja de serlo. Es sustituido en la misma carrera: LeMond en el 91, en el Tourmalet; Merckx en el 75 en Para Loup... Y hay más, Echávarri hasta ha creído ver presagios en la actuación de Armstrong en junio: su incapacidad para ganar las contrarreloj del Midi Libre (derrotado por Igor Galdeano) y del Dauphiné Libéré (ante Botero), y, sobre todo, sus golpes de rabia los días sucesivos para ganar en la montaña la general de las dos carreras.

Manolo Saiz, el director del equipo más rival, el ONCE-Eroski, no se deja cegar tanto por la historia o la filosofía como por la psicología. 'Tengo unas ganas locas de que llegue el prólogo', dice. 'La presión no deja de crecer en el equipo'. El estrés apareció porque Igor Galdeano dio muestras hace un mes de que su preparación iba bien, demasiado bien, y de que era un hombre muy Tour en potencia; la presión siguió creciendo porque al equipo de Saiz se le ha puesto delante dos objetivos traicioneros, de esos que cuando los alcanzas ves que no te sirven para nada, pero que si fracasas te dejan hundido en la miseria. Uno es ganar el prólogo de hoy con Igor Galdeano (no sería excepcional si lo consiguiera: el vitoriano ya ganó el prólogo de la Vuelta del 99), el segundo es quedar por delante del US Postal en la contrarreloj por equipos del miércoles con el fin de que Galdeano pueda aguantar en la general por delante de Armstrong tras la contrarreloj larga del lunes 15 de julio, la víspera de la montaña.

Los otros equipos españoles son más silenciosos. El Kelme, el equipo de los temibles Sevilla y Botero, ha hablado más estos días de la solución de sus problemas económicos que de estrategias de batalla, un hecho que no puede permitir olvidar que el equipo de Belda más se ha especializado en librar, y ganar, escaramuzas, que en pergeñar planes pensando en una victoria improbable, pero no imposible. Y el Euskaltel-Euskadi llega con el perfil más bajo tras los desalentadores inicios del pasado Tour, lo que no nos debe hacer olvidar que llegan con Haimar Zubeldia igual de fuerte que hace dos años (cuando se reveló en la Dauphiné Libéré), pero bastante más maduro.

Todos forman parte del coro, los extras del cuarto Tour de Armstrong. Y tan claro parece tener todo el mundo el asunto que del recorrido apenas se habla estos días, porque, como dice el propio ciclista estadounidense, tampoco importa tanto. 'El Tour es siempre lo mismo, contrarrelojs largas y montaña. Y hay que ser el mejor en los dos terrenos para ganarlo'. Y el único mejor en los dos dominios es Armstrong. Exactamente igual que Indurain en su época.

Beloki, Olano e Igor González de Galdeano (de izquierda a derecha) esperan para el control médico previo al Tour.
Beloki, Olano e Igor González de Galdeano (de izquierda a derecha) esperan para el control médico previo al Tour.EFE

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_