Armstrong, en medio de la marea rosa
Siete ciclistas del ONCE-Eroski, el equipo de Igor González de Galdeano, partirán tras el americano en la contrarreloj bretona
Manolo Saiz es un maniático de las etapas contrarreloj. Ayer mismo, aprovechando el larguísimo atardecer de Bretaña, cogió el Multiplá y a su fiel Marino Lejarreta con la cámara de vídeo a cuestas y se fue a grabar el recorrido de la importante contrarreloj individual de hoy.
Como no le gusta que sus corredores conozcan el recorrido para ahorrarles agobios, dice, les vale con la visión fílmica, en la que no entran detalles como el viento o la pendiente. 'Pero ya les digo yo por donde viene y si la curva la pueden tomar a 70 o a 60', dice el técnico cántabro, que desde ayer ya no tiene a su paisano Óscar Freire en carrera, retirado tras la caída que sufrió el pasado sábado.
Manolo Saiz es tan maniático de las etapas contrarreloj que suele usar a más de medio equipo, los corredores menos importantes, para experimentar. A uno le pone un 54, a otro un 55, a otro le dice que suba un repecho con plato, a otro que con platillo. Analiza, procesa y después decide. Así Beloki e Igor González de Galdeano, sus dos líderes oficiales del equipo saben lo que tienen que hacer. A ellos no les hace pensar. No es necesario. Y tan bien que les va así.
A Manolo Saiz, que tiene sus manías, le ha surgido un problema. Tan bien ha manejado el Tour hasta ahora, tan bien ha gestionado el resultado de la etapa contrarreloj por equipos, y tanta fortuna ha tenido evitando caídas, que siete de los suyos ocupan las siete primeras plazas de la clasificación general, y como el orden de salida de la contrarreloj se basa en la general, los siete saldrán uno detrás de otro, separados por tres minutos, con lo que el director del ONCE-Eroski no podrá experimentar demasiado. Antes había la costumbre de intercalar corredores de otros equipos cuando iban dos seguidos de un mismo conjunto, pero el presidente del jurado, el español Josep Bochaca, no lo considera justo.
Así que hoy a los espectadores se nos hurtará un buen trozo de espectáculo, porque si una contrarreloj es interesante es cuando ves en paralelo a los dos mejores luchando; de la carrera surgirá, además, una imagen distorsionada, Armstrong y detrás una marea rosa, como si el Tour fuera eso, como si así de abrumador fuera el dominio del ONCE-Eroski; y, por último, y lo más importante, a Manolo Saiz le hacen la pascua.
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