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ESTRENO

El filme 'Lilo Stitch' vuelve a los orígenes estéticos de Disney

Dos noveles dirigen el proyecto con un presupuesto modesto

Los creadores del filme animado Lilo & Stitch están convencidos de que la gente ya no reacciona ante los efectos especiales, que está todo hecho. Por eso, en su primera película como directores, Chris Sanders y Dean DeBlois han vuelto a los orígenes de Disney, en su concepción y en su estética. Lilo & Stitch, que se estrena hoy, es el segundo proyecto de los estudios Disney de Florida, y se ha hecho con un presupuesto modesto.

'No queríamos competir con los largometrajes de grandes efectos', aseguró DeBlois, quien con su colega estuvo de promoción en Madrid. 'El pasado verano era el del cine digital y éste el del manual. Una película se tarda mucho en hacer y es una coincidencia que varios estudios vayan a estrenar largometrajes artesanales', continuó. 'Aunque también es verdad que todos los estudios después de hacer filmes épicos querían volver a las películas de siempre', añadió DeBlois.

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'Stitch es un hooligan del espacio al que una familia tiene la fuerza suficiente para redimir', resumió la película DeBlois. La cinta arranca cuando Lilo, una niña hawaiana huérfana, adopta a un perro, Stitch, que es en realidad un experimento genético alienígena. Con su fe en el ohana (concepto hawaiano de la familia), Lilo, al son de la música de Elvis, conquista a Stitch y le ofrece un hogar. 'Necesitábamos una razón que justificara la transformación de Stitch de malo a bueno y descubrimos que ohana era la excusa perfecta', agregó.

'Queríamos recuperar la nostalgia y la fuerza de las primeras películas de Disney, como Dumbo o Bambi', apuntó Sanders. 'Eran unos personajes muy tiernos y Stitch, aunque es malísimo, es también así. Queríamos personajes inocentes al margen de las nuevas tecnologías; queríamos una historia potente y emocional', añadió.

Para contar esta historia el director artístico pensó que había que volver a las películas clásicas, utilizando como en los cuarenta la acuarela, que se sustituyó por el gouache. 'Los profesionales pusieron pegas a pintar los fondos con esta técnica que tardaron un año en aprender, pero también para ellos fue un reto', señalan los directores. '¿Y por qué tanto tiempo para pintarlo? La técnica es complicada porque cuando se seca no se puede retocar', argumentaron. Además, la acuarela tiene un estilo indefinido que es el mejor modo de ilustrar la exuberancia y la deslumbrante luz de Hawai.

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