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La nueva coalición de Gobierno de Holanda limitará las leyes de asilo

Isabel Ferrer

Apoyado en cuatro pilares esenciales: seguridad, sanidad, educación e integración, el programa político de la nueva coalición holandesa de centro-derecha restringe las leyes de asilo e introduce, con carácter general, un carné de identidad para todos los ciudadanos. Haciendo votos por recuperar la confianza de la población en el Gobierno, pero matizando que la tarea del mismo consiste sólo en 'facilitar la resolución de los problemas', la Democracia Cristiana (CDA), la Lista Pim Fortuyn y los liberales de derecha han buscado la forma de frenar la delincuencia y la inmigración ilegal sin miedo a ser tachados de intolerantes. También revisarán las leyes del aborto y de la eutanasia, para ver si no han ido demasiado lejos.

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Tras una introducción casi didáctica que reconoce el carácter cambiante de la sociedad y los nuevos problemas que afronta, el futuro trío gobernante recuerda en su recién publicado acuerdo que casi un 18% de los 16 millones de habitantes con que cuenta el país no es de origen holandés. Las diferencias étnicas, culturales y religiosas, prosigue el documento, dificultan la integración, principal objetivo del nuevo Gabinete. 'No se trata de asimilar sino de integrar, y por eso se imponen unos cursos cívicos de obligado cumplimiento para obtener un permiso de residencia'.

Apoyados en unas clases de lengua holandesa que deben ser aprobadas para quedarse en el país, estos cursos serán abonados por adelantado por los inmigrantes. Una vez completados, les será devuelta la mitad de su importe. Los que hayan legalizado ya su situación, pero no hablen holandés, tendrán que seguirlos también. Un suspenso puede resultar contraproducente a la hora de conseguir trabajo.

Formar una familia o traérsela a Holanda desde el país de origen del inmigrante será también mucho más difícil a partir de ahora. La nueva coalición mantiene que la tradicional búsqueda de una pareja en la patria chica de las minorías étnicas, cosa que ocurre con un 75% de los varones turcos y marroquíes, 'tiende a retrasar la deseada integración de todos'.

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