Los rectores cifran la caída de la financiación en 120.000 millones de pesetas

Los rectores denunciaron ayer la caída porcentual de la financiación de la universidad en los últimos años. En 1998 los ingresos de las universidades públicas suponían el 0,96% del PIB; en 2000, el 0,84%. Aunque en términos absolutos los ingresos han subido, de haberse mantenido el porcentaje de 1998, las universidades públicas hubiesen contado en 2000 con 120.000 millones de pesetas más. 'Está insuficientemente financiada', resumió ayer el presidente de la Conferencia de Rectores, Saturnino de la Plaza, en la presentación del informe.

La clave está en los porcentajes de PIB que se destinan cada año para la universidad. En 1998 se destinó un 0,96% del PIB (que en ese año eran unos 87,8 billones de pesetas), lo que supuso alrededor de 835.000 millones de pesetas para la universidad. En 2000 se destinó el 0,84% de un PIB de 101,2 billones de pesetas, esto es, 848.000 millones de pesetas aproximadamente. Esto implica un aumento de unos 13.000 millones de pesetas respecto a 1998.

Sin embargo, lo que los rectores criticaron ayer es que haya disminuido el porcentaje del PIB destinado a financiar la universidad, porque ese recorte supone una sangría de dinero. Con sólo mantener el porcentaje de PIB que se destinó a financiar la universidad pública en 1998 (0,96%) se habría incrementado la cifra 121.000 millones (y hasta en 134.000, respecto a 1998).

El coordinador del estudio y gerente de la Universidad de Jaén, Juan Hernández Armenteros, manifestó su preocupación por esta tendencia a la baja en el PIB, que en ese periodo ha caído 0,12 puntos. De seguir así, 'la diferencia con la financiación media europea será mayor', comentó.

Prioridad política

Los gastos de las 47 universidades ascendieron en el curso 2000/2001 a 872.000 millones de pesetas, en cifras redondas. Estas dificultades económicas han obligado a recortar los gastos y a aumentar las cargas, según señalaron los responsables del informe. A juicio de los rectores, la pérdida de ingresos de las universidades demuestra que la financiación de la enseñanza pública superior 'ha dejado de ser una prioridad política'. Sin embargo, la demanda de una ley de financiación universitaria es ya una antigua reclamación de los rectores.

Hernández Armenteros señaló que la aportación pública 'sigue siendo mayoritaria, la privada se mantiene, pero a la baja, y la de los estudiantes (las tasas) asciende en 2000 a 10,5 pesetas por cada 100, cantidad que en el curso 1998/1999 era de 12 pesetas'.