Ostertag, el pívot que donó un riñón
El jugador de Utah Jazz se ha sometido a una operación para hacer posible el trasplante que necesitaba su hermana, enferma de diabetes
Amy Hall ha visto felizmente resuelta la angustia de vivir pendiente de un trasplante. Desde que tenía siete años padecía una diabetes de tipo 1. Ahora, con 26, después de que su enfermedad se agravara durante los últimos tres años, se le ha implantado el riñón que necesitaba. Su nombre ya no está entre los 52.000 que figuran en las listas de espera de trasplantes en los hospitales estadounidenses. Su gran suerte es que su hermano, Greg Ostertag, decidió donarle un riñón. No le importaron los riesgos e inconvenientes que conllevaba la operación. Los médicos dijeron que eran mínimos. Pero siempre quedan sombras de duda. Especialmente si se tiene en cuenta que Ostertag es un deportista profesional, un jugador de la NBA, donde ejerce desde hace siete años en las filas del Utah Jazz. A partir de ahora, este pívot de 29 años, 2,18 metros y 127 kilos, jugará sin el riñón trasplantado en una operación que duró dos horas y media y que se llevó a cabo el pasado viernes en el centro médico de la Universidad de Baylor (Texas).
'Todos sabemos que no es lo mismo tener un riñón que tener los dos, pero si todo va bien estamos convencidos de que su futuro como profesional no se verá afectado', manifestó el dueño del Utah Jazz, Larry Miller. La previsión de los médicos era dar de alta ayer a Ostertag y que pueda incorporarse a los entrenamientos de pretemporada, sin problema, en octubre. Todavía le quedan dos años de contrato con Utah, club con el que firmó hace seis temporadas a cambio de un total de 36 millones de dólares.
Amy Hall, la hermana de Ostertag, podrá volver a llevar una vida normal. Durante los últimos años tenía que someterse a sesiones de diálisis de cuatro horas tres veces a la semana. Los médicos creen que, dentro de seis semanas, podrá reincorporarse a su trabajo, en un gabinete de abogados.
Ostertag podría convertirse en el segundo jugador de la NBA que vuelve a la competición después de haberse sometido a una operación de riñón. El primero fue Sean Elliot, ex alero del San Antonio Spurs. Su caso fue a la inversa. Sufría de una enfermedad degenerativa y en 2000 le fue implantado un riñón de su hermano.
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