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Columna
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Insumisos

Las declaraciones de Manuel Chaves en contra del Real Decreto Ley -el decretazo- que, esta semana, ha completado con la afirmación de 'que hará todo lo posible para no se aplique en Andalucía', han sido contestadas por Teófila. Su respuesta ha sido: 'El presidente es un insumiso'.

Sin embargo, cualquier persona que lea la noticia completa y no se quede en los titulares puede comprobar que no es que el presidente se niegue a cumplir el decretazo, sino que desde el Parlamento y demás instituciones quiere hacer todo lo posible para que sus efectos no alcancen a Andalucía. Es razonable que sea así. La presión ciudadana de los pasados días 9 y 20 de junio ha ido dirigida contra un RD que está en contra de los intereses generales de los trabajadores, del campo andaluz y del modelo de concertación que en Andalucía se inició con fuerza con el Acuerdo para el Desarrollo Económico y Social de 17 de mayo de 1993. Ignorar esta realidad, cuando los ciudadanos se han manifestado en contra, es darles la espalda por el hecho de ostentar el poder y olvidar que el poder ejecutivo tiene la obligación de lograr la satisfacción del interés general.

Es lógico, pues, que si Andalucía cuenta con un Parlamento que puede dictar leyes sociolaborales sin invadir las competencias del Estado, el Gobierno andaluz, y su presidente, tengan la obligación de no ser sumisos. La situación exige que se busquen mecanismos que puedan reforzar el sistema productivo y se eviten las consecuencias del decretazo. No se trata, como dice Teófila, de insumisión. Se trata de intentar buscar soluciones que atenúen los efectos que, para esta comunidad, pueda tener la política neoliberal de Aznar.

Negar que Andalucía pueda, en el marco de sus competencias, defenderse de la que se le viene encima, es negar su autonomía y su autogobierno. Es aguantar, de brazos cruzados, las decisiones de un Gobierno central que actúa sin coordinación, ni en coherencia con los intereses autonómicos. Claro que si lo que se quiere es que se escriba al dictado de un gobierno que retrasa las transferencias en políticas de empleo y, si atiza con el decretazo, que calle, pues de lo contrario eres insumiso, Teófila sería una buena presidenta. De Aznar.

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