Montoro ataca el tipo único de IRPF y el PSOE abandona el debate
El Congreso rechaza las enmiendas de los grupos de la oposición, salvo PNV y EA
El pleno del Congreso rechazó ayer las enmiendas a la totalidad del nuevo IRPF presentadas por la mayoría de los grupos de oposición, con excepción de PNV y EA. Mientras el Gobierno defendió la nueva rebaja fiscal, todo el arco parlamentario de la izquierda argumentó que no compensa la inflación de los últimos años y que esconde recortes sociales como el reciente del decretazo.
El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, acusó al portavoz socialista, Jordi Sevilla, de no plantear alternativas y, en concreto, de no defender su propuesta de tipo único. El ministro lanzó esta acusación cuando Sevilla ya no tenía posibilidad de réplica, por lo que el diputado socialista mostró su enfado y, sin esperar a que Montoro acabara su intervención, el diputado socialista dejó su escaño al tiempo que acusaba en voz alta al ministro de 'cobardía política'. Éste fue uno de los momentos tensos de un debate en el que el diputado socialista anunció que llevaría al ministro a los tribunales por no publicar los datos pormenorizados del IRPF como era habitual hasta la última reforma y pese a las reiteradas peticiones de la oposición.
El enfrentamiento entre Sevilla y Montoro se produjo después de un debate con escasa presencia de diputados, casi nula asistencia de miembros del Gobierno y en el que quedaron claras las divergencias entre dos modelos de fiscalidad. Montoro se presentó con la credibilidad de una primera rebaja fiscal en el año 1999 y una segunda prevista para 2003 (declaración en 2004) que inyectará 3.600 millones de euros en los bolsillos de los contribuyentes y que situará el tipo máximo en el 45% (ahora 48%), el mínimo en el 15 % (ahora el 18%), tendrá una tarifa con cinco tramos (ahora seis) y un tipo para las plusvalías o ganancias del capital del 15% (ahora el 18%). 'Por esto nos han votado 10 millones de ciudadanos', dijo el ministro, 'y ustedes no tienen alternativa', añadió respecto del PSOE.
El portavoz socialista respondió que de lo que se trataba era de valorar la propuesta del Gobierno, y aseguró que presentaría su alternativa antes de las próximas elecciones, previstas para 2004. Mientras, Sevilla aclaró que el PSOE también quiere bajar los impuestos 'a los trabajadores de nómina y subirlos a las ganancias del capital y el patrimonio'. 'No es de recibo', explicó, 'que una renta del trabajo pague muchos más impuestos que una venta de acciones'. El ministro aprovechó su último turno para decir que el informe encargado por el PSOE estaba 'lleno de ambigüedades'.
El debate de fondo giró en torno a si esta nueva rebaja fiscal está en el origen de recortes sociales como el que hace unos días motivó la primera huelga general contra el Gobierno del PP. 'Son las dos caras de la misma moneda', dijo Joan Saura, de Iniciativa per Catalunya (IC). 'Recortan el gasto social para bajar los impuestos a los más ricos', insistió Francisco Frutos, de Izquierda Unida (IU). Montoro les contestó que en los últimos años, el gasto social había subido 10 puntos del PIB y que la reforma fiscal favorece a las rentas bajas.
Las nuevas ayudas y deducciones fiscales tampoco son suficientes para cubrir deficiencias sociales, en opinión de la mayoría de la oposición. Tanto el PSOE como IU y el Grupo Mixto (BNG, ERC e IC) rechazaron la política de dar 'mínimas' ayudas fiscales en lugar de llevar a cabo amplias políticas públicas. Coincidieron en criticar la paga mensual de 100 euros para las mujeres que trabajan fuera de casa y con hijos menores de tres años, en lugar de poner en marcha más guarderías gratuitas. También hubo un rechazo a que se incentive a los arrendadores de pisos en lugar de ayudar al inquilino o de mejorar los planes de vivienda.
Otra crítica en que coincidieron es que el nuevo IRPF 'se limita a restituir lo que se nos ha cobrado de más por no aplicar la inflación a las tarifas y las deducciones en los dos últimos años', según Sevilla, que calificó el IRPF que se empezó a debatir ayer de sólo una 'reformita'. Montoro le respondió que la rebaja de 1999, la primera con el PP, inyectó casi 5.000 millones de euros en la renta disponible de los contribuyentes y que ese ahorro de impuestos 'es permanente'.
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