El odio y la política
Todos (los mayorcitos) recordamos el tiempo en que querían echar a nuestros judíos al mar. Habíamos creado entre ellos la idea del sionismo -el regreso a Sión, la patria prometida- y, sobre todo, les habíamos echado al mar los gentiles. Fuimos los europeos los que les quitamos todo, los matamos de mil maneras bestiales: los cosacos rusos partían desde su caballo a los niños en dos, los alemanes inventaron gases. Les quitamos casa, dinero, trabajo, vida. Y tuvimos un gran invento de alimentarles el sionismo que tenían dentro los más fanáticos -o los más sufrientes-: 'Dentro de un año, en Jerusalén'.
Son conmovedores los escritos de Kafka cuando quería irse de jardinero a Palestina. La cuestión esencial era ésta: Estados Unidos obligaba a Europa a descolonizar, los imperios eran caros, pero en el mundo árabe / islámico estaba el petróleo, los canales de comunicación, los estrechos y la entrada en África: que entonces parecía importante y hoy no es más que un vivero de sida, malaria y hambre. Creamos en Israel nuestra cabeza de puente. Les dimos armas para el terrorismo inicial, y para el Ejército de después; los impulsamos a llegar hasta en balsas que aún no se llamaban pateras, y a morir ahogados: creamos una población de soldados a los que insuflamos esa mezcla de fe, historia y venganza que producen los soldados que antes mueren: y nos arreglaron el problema. Pasaron guerras, labraron desiertos, inventaron comunas y se multiplicaron, alentaron el odio al hermano semita árabe y viven hoy sin saber si acudir a una boda, a una sala de billar o a un mercado les puede costar la vida porque un fanático al que han grabado el nombre de Alá en una mente alimentada también por el odio de ver su propio destrozo se estalla en medio de jóvenes como él. Ahora vemos que son nuestros judíos los que quieren echar al mar a los otros; y el gentil Bush, que no sé si es presbiteriano o cualquier otro disparate de los que roen el pensamiento y la razón de la mayor parte del mundo, propone planes criminales; pero criminales son las incursiones de nuestros judíos en la casa de nuestros árabes para echarlos al mar.
Las explosiones del centro de Nueva York nos han llevado a esto que parece que estaban preparadas para eso. Como somos los cristianos -me incluyo por bautismo y la fe de mi rey y mi gobierno-, todo podía haber pasado, y pasar.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.