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CUMBRE DE LA UE EN SEVILLA
Columna
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La esperanza en las calles de Sevilla

Ayer todo eran felicitaciones y alabanzas al Foro Social de Sevilla, al civismo demostrado, a la alegría que sin duda la ciudad de Sevilla transmite a cada acontecimiento. Cuidadosamente las autoridades gubernativas, y algunos medios de comunicación que han colaborado estrechamente con ellas, enterraban centenares de páginas amenazantes, en las que habían anunciado todo tipo de catástrofes por la celebración de la contracumbre social así como justificado las acciones de recorte de libertades públicas y privadas que se han perpetrado en estos meses.

La campaña comenzó hace justo un año cuando la Delegación del Gobierno anunció que Sevilla formaba parte del calendario de movilizaciones de la antiglobalización y que se esperaba la llegada de cinco mil violentos (¿cómo un número tan exacto?) que destrozarían comercios, parques y avenidas. La imagen de los cinco mil violentos, a modo de nuevos bárbaros, sembrando el terror por la ciudad ha recorrido como un fantasma informativos, comunicados y ha servido de pretexto para una campaña política e ideológica contra los que pensamos que 'OTRO MUNDO ES POSIBLE'. Las claves de esta campaña consistían, fundamentalmente, en desacreditar el pensamiento antiglobalización (en el mejor de los casos, pobres chicos que abren paso a los violentos) y justificar un estado policial que hace su aparición en todo tipo de conflictos y demandas sociales.

Por si faltaba algo, el 11 de septiembre vino a dar nuevos bríos a los deseos que nuestro Gobierno tenía de aumentar el estado policial y se incrementaron las campañas de desprestigio junto con el recorte de la libertad.

Han pasado muchas cosas en Sevilla de las que tomar nota y no sería justo no hacerlo. En primer lugar, una tremenda ofensiva contra el derecho de reunión y de manifestación de los ciudadanos. En esta ofensiva han tomado parte incluso gobiernos extranjeros como el de EEUU y de Inglaterra (qué casualidad) que recomendaban a sus ciudadanos no venir a Sevilla en estas fechas (¿les pedirá algún diplomático explicaciones por el daño contra esta ciudad?). ¿Responderá el Gobierno de las recomendaciones hechas la víspera por el Delegado del Gobierno a todos los comerciantes y ciudadanos para que no salieran a la calle a la hora de la manifestación?

Todos los dispositivos, incluida la resolución judicial sobre el recorrido de la manifestación, tenían como objetivo disuadir a los ciudadanos de asistir a los actos. Llegaron cerca de doscientas mil personas pero, sin duda, otros tantos que compartían las esperanzas y la alternativa de OTRO MUNDO ES POSIBLE se quedaron en sus casas por el temor infundido y eso es comprensible. ¿En qué tipo de democracia se exige ser un héroe, aguantar antidisturbios, caballos y tanquetas para poder manifestar tus opiniones?

En segundo lugar, convirtieron ostensiblemente y con todo descaro a toda la ciudadanía en sospechosa y el simple hecho de andar por la calle en una actividad presuntamente delictiva. Identificaciones, retenciones, registros de bolsos y mochilas, detención de autobuses completos, requisas de palos de banderas (como instrumentos peligrosos), atención 'preferente' a los que en su opinión presentaban aspecto más antiglobalizador, cámaras en la ciudad y restricción de movimientos. ¿Eran estas actividades medidas de seguridad para la cumbre o, por el contrario, eran fundamentalmente medios de intimidación y ostentación de autoridad? Mientras que en Sevilla se producían menos incidentes que un día de Semana Santa, los terroristas (los de verdad) actuaban alegremente en la Costa del Sol y en otros lugares de España y los delincuentes se frotaban las manos por este lapsus de impunidad. ¿Nadie pedirá responsabilidades por ello?

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En tercer lugar, durante esta cumbre se ha suprimido la independencia del poder judicial (por supuesto por decreto), poniendo éste como un mero apéndice de la policía, trasladando las sedes judiciales a los departamentos policiales y elaborando un protocolo de actuación propio. ¿Darán cuenta de estas medidas propias de un estado de excepción?

Finalmente, algunos medios de comunicación han formado parte entusiásticamente de ese coro de pléyade de desastres, sin que sus titulares se ruboricen, sin que una nota de disculpa se asome a sus líneas editoriales. Los gobernantes salen a la prensa anunciando la paz de una guerra que ellos habían inventado, como si todo hubiera sido un sueño.

Miles y miles de ciudadanos salieron a la calle, vivieron la esperanza y la paz en las avenidas, entre tanquetas y bocacalles tomadas por la policía. No se nos olvidará. Ni la alegría de la juventud en la calle, ni la complicidad del agua en los balcones. Gracias Foro Social de Sevilla, por la unidad ,por el aguante y por el futuro que se abre.

Concha Caballero es diputada de IU LV CA.

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