'El arte ha perdido el patrimonio de la belleza'
Santi Eraso (Tolosa, 1953) asumió hace quince años la dirección de Arteleku, el Centro de Cultura y Arte Contemporáneo de San Sebastián, convertido con el tiempo en espacio de referencia dentro del panorama artístico europeo. Durante todos estos años ha mantenido intacta su fe en el proyecto. Por eso optó por arriesgarse y plantear una refundación del centro para convertirlo en un espacio de reflexión y debate sobre la cultura contemporánea. Eraso presidió el viernes los actos de reinauguración del edificio, adaptado tras una importante reforma a la cultura digital.
Pregunta. ¿Ha cambiado el espíritu de Arteleku desde que se creó hace 15 años?
Respuesta. No. Fundamentalmente sus usuarios siguen siendo todo ese mundo complejo de creadores que exploran nuevos caminos. Los efectos que ha producido la cultura digital -en la publicidad, la moda, el cine, todo lo relacionado con las tecnologías avanzadas o internet-, ha difuminado un poco los límites del arte. Y han aparecido muchos artistas que crean desde perspectivas complementarias con diseñadores, productores, gente que trabaja en festivales de música electrónica... Arteleku pretende continuar siendo un lugar abierto para quienes sigan trabajando en claves modernas y también para creadores postmodernos, con trabajos más híbridos, más interdisciplinares.
'Tabacalera va a obligar a repensar la ciudad y sus equipamientos'
'Arteleku quiere seguir siendo un lugar para creadores modernos y postmodernos'
P. ¿Reconoce el engaño entre este tipo de creaciones?
R. Lo que tiene de bueno la historia es que asienta las verdades. Es decir, construye costumbre y nos familiariza con los símbolos que conforman la identidad. Es difícil encontrar hoy a nadie que niegue el valor a Van Gogh o Picasso. Pero es aún más complicado determinar dónde está la verdad en un territorio que todavía no se ha construido en la historia. Entonces, en todo ese maremágnum de propuestas claro que hay artistas y gestores impostores. De alguna manera también ha sido nuestra obligación el tratar de descubrirlos.
P. ¿Hacia dónde va el arte?
R. No lo sé. Ahora mismo hemos puesto en marcha un seminario interno para analizar si al arte le queda todavía un sitio propio, si es capaz de desarrollar una teoría del conocimiento y determinar si podemos seguir pensando que propone algo a la ciudad.
P. ¿Cree usted que lo hace?
R. Hay una gran confusión. El arte ha perdido o está perdiendo el patrimonio de la belleza. Cualquier anuncio de vaqueros produce en las últimas generaciones un efecto simbólico mucho más importante que un Bacon o un Kandinsky. Hay que hacer un gran esfuerzo para intentar recuperar una parte importante de ese territorio y lograr que la gente sepa que, además de la publicidad, existen otra serie de imágenes que contribuyen al fortalecimiento intelectual de los ciudadanos y al enriquecimiento de la ciudad.
P. ¿De quién es esa responsabilidad?
R. Las universidades, los centros de arte y las instituciones estamos tratando de mantener espacios que propongan discursos diferenciadores frente a la mercantilización de la cultura. Desde mi posición personal y como funcionario de la Diputación de Guipúzcoa- que todavía tiene una sensibilidad pública-, vamos a hacer un esfuerzo por mantener espacios libres y autónomos que permitan una diversidad de proyectos.
P. Arteleku será la sede de Manifesta V. ¿Qué va a suponer esta bienal de arte para el centro y para la ciudad?
R. Espero que sitúe a Arteleku, San Sebastián y Euskadi, en una red internacional y que establezca un diálogo directo con los artistas y los colectivos que están trabajando en proyectos con una sensibilidad muy cercana a Manifesta - un arte joven, de investigación- para que esas personas se hagan visibles en el mundo.
P. ¿Ha encontrado obstáculos a su trabajo en una ciudad considerada reaccionaria?
R. Hemos trabajado siempre con un diálogo cruzado muy positivo con las instituciones, las asociaciones y los colectivos. Nunca hemos tenido ningún conflicto. Sólo algún pequeño escándalo, como cuando pusimos a un parado en una exposición. Pero no ha significado nada en nuestra trayectoria.
P. ¿Cree que han sabido compartir con la ciudadanía la labor de Arteleku?
R. Hemos estado muy encerrados. De hecho, la apuesta que hacemos ahora por la transparencia, la transversalidad es una autocrítica. Hacer de Arteleku una caja de ejercicios espirituales nos ha dado unos frutos muy importantes, pero es verdad que ese ensimismamiento también ha sido nuestro enemigo. Con esta reforma queremos proponer discursos más abiertos, sabiendo que vamos a perder identidad, pero atreviéndonos a construir una nueva.
P. ¿La creación del Centro Internacional de Cultura Contemporánea les obligará a reubicarse?
R. Tabacalera va a movernos a todos un poco de de sitio, porque una iniciativa de estas dimensiones obliga a repensar la ciudad, los equipamientos culturales y su futuro... El proyecto, que dirige Bartolomeu Marí -que tiene una sensibilidad que yo comparto- está aún sin definir, pero estoy convencido de que no habrá problemas para encontrar caminos de acuerdo y de colaboración.
P. ¿Le asusta su puesta en marcha?
R. No, porque Arteleku tiene a estas alturas una fuerte identidad, que sería difícil que desapareciese. Espero además que Tabacalera no sea un monstruo que devore a sus hijos, porque sería terriblemente reaccionario.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.