El análisis fantasma
La primera jornada de test de drogas prevista por el Gobierno, el viernes en fiestas de Leioa, fue 'invisible' para los asistentes
El objetivo no parecía requerir la astucia de Holly Martins, el personaje que interpretó Joseph Cotten en El tercer hombre. Sin embargo, como en el guión de Graham Greene, el final también fue inesperado. Se trataba de localizar durante la noche del viernes y madrugada de ayer la caravana que analizaba el grado de pureza de drogas en algún punto de Leioa, donde se celebran las fiestas patronales de San Juan. La Dirección de Drogodependencias del Gobierno vasco anunció a mediados de este mes la puesta en marcha de un proyecto para 'prevenir, concienciar y disuadir' del consumo de drogas.
Dada la juventud de los usuarios se decidió que serían las fiestas patronales y macrodiscotecas los lugares adecuados para desarrollar los tests de estupefacientes, uno de los aspectos importantes de la iniciativa. Paralelamente a los análisis de drogas, quienes se acercaran a las fiestas iban a ser informados en una carpa adyacente sobre los distintos tipos de sustancias y sus efectos secundarios.
Se anunció que el proyecto comenzaría en la noche del 21 de junio, la más corta del año, y seguiría en la del 22, aprovechando las fiestas de Leioa y con el acuerdo del Ayuntamiento de esa localidad. En la tarde del 21 lo confirmó un responsable de la asociación Ailaket, en la que ha delegado la dirección de Drogodependencias la realización de los test de pureza. 'No vamos a colocar carteles pero quien quiera encontrará el lugar', aseguró como toda indicación. Tampoco habría ertzainas, al menos de uniforme, en la zona para facilitar el acercamiento a los consumidores.
Una caravana y una carpa en el recinto festivo no parecían por lo tanto un enigma para quien quisiera saber qué sustancia pretendía meterse en el cuerpo.
Un estudio del Plan Nacional sobre Drogas del año 2000 revelaba un aumento de consumidores de éxtasis. Un 44% de los jóvenes de entre 14 y 18 años que lo prueba se convierte en consumidor habitual. La edad media de inicio del consumo está en torno a los 15 años y en Euskadi, unos 16.000 jóvenes de entre 14 y 29 años admiten que son habituales del éxtasis. En el último lustro, esta droga se ha cobrado tres muertos en el País Vasco. Eso es lo que pretende evitar el programa testing del Departamento de Vivienda y Asuntos Sociales del Gobierno vasco.
Pero ¿se enteraron los jóvenes pastilleros que asistieron en la corta noche del viernes a las fiestas de Leioa de dónde estaban la camioneta y la carpa informativa? ¿Conocían de antemano la campaña de reducción de riesgos? ¿Cuántos acudieron a que analizasen las drogas que pretendían consumir? La Dirección de Drogodependencias advirtió de que no informaría por el momento del desarrollo de la experiencia piloto. ¿Empezó como estaba previsto en la noche del viernes al sábado la experiencia oficial o se pospuso a la siguiente? No hay respuesta oficial pero más de tres horas de recorrido minucioso por el pueblo entre las 23.20 y las 2.45 y decenas de consultas a jóvenes que disfrutaban de la fiesta coinciden en no haber visto el punto del control.
Jon tiene 23 años, se montó en la estación del metro de Erandio y se bajó en la de Leioa en compañía de dos amigos y una amiga hacia las 23.20. 'Me voy a quedar hasta las seis. Luego una mistela y un bollo y después a ver el partido de España [en el Mundial]. Hoy voy de kalimotxo, pero mañana me voy a poner las botas'.
-'Las botas ¿de qué?'
-'Ah, no. No voy a decírtelo pero de algo rico'.
-'¿Habéis oído que si queréis os pueden analizar las pastillas para saber el contenido y evitar riesgos?
-'Ni idea. ¿De qué va? Pero está bien si no preguntan'.
Iñigo tiene 24 años, vive en Cruces y sus amigos, en Romo. Todos estuvieron en la zona de las txoznas, junto a las campas, donde tocó un grupo de rock radical vasco que incrementó su audiencia según avanzaban las horas. No toma pastillas pero reconoce que fuma hachís, como se podía apreciar que hacían muchos de los presentes. Ni él ni sus amigos vieron el servicio de testing, aunque algunos conocen la existencia del programa de la Dirección de Drogodependencias. 'Estuvimos todo el tiempo en las txosnas. No vimos nada. Lo mismo me da lo del análisis pero, bueno, está bien'. Iñigo recuerda como si tuviera una revelación que en algunas txosnas se repartían unos folletos de color naranja en los que se informaba del tipo de drogas existentes y de sus efectos.
-'¿Tiene algo ver con el plan', pregunta.
El Ayuntamiento de Leioa distribuyó folletos con el lema 'Risa fácil, rollo chungo' con el fin de prevenir los riesgos del consumo de estupefacientes. A Karmelo Sáinz de la Maza, el alcalde, se le vio casi de incógnito junto a una plaza, mientras de fondo sonaba la música de Las Ketchup.
Mila, madre de un joven de 18 años, sí conocía el programa del Gobierno. 'Me parece genial. Los chavales pueden saber si toman algo que dormiría a un caballo o sólo algo excitante'. Eso sí, matiza, 'que no lleven tan en secreto lo del análisis porque qué va a hacer un chaval con una pastilla en la mano buscando desesperado que la analicen'. Es lo que a alguno le pasó en Leioa.
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