El hogar de 10.000 aves

El parque del Alamillo de Sevilla amaneció ayer sembrado de tiendas de campaña. Los primeros activistas antiglobalización llegaron la tarde del miércoles y a mediodía de ayer ya había unos 300, una cifra que, según los organizadores, crecerá hasta superar los 6.000 entre hoy y mañana. Los más tempraneros aprovecharon la jornada de huelga para participar en la manifestación de los sindicatos y hacer un poco de turismo por la ciudad.

'Hoy es muy raro, mejor no salir mucho de aquí porque está todo cerrado y es difícil moverse', advierten Ludovica y Claire, que acaban de regresar al Alamillo desde el barrio de Santa Cruz gracias a la ayuda de unos sevillanos que las encontraron perdidas por el centro y las acercaron en coche al parque. Las dos jóvenes, de 18 y 19 años, llevan una semana de vacaciones recorriendo Andalucía y el miércoles llegaron a Sevilla en tren, procedentes de Granada, para quedarse hasta el domingo.

Vienen desde Lyon, en Francia, y niegan pertenecer a ningún colectivo antiglobalización, aunque se declaran activistas convencidas. Esta es la segunda vez que acuden a una convocatoria antisistema y aseguran que de la anterior, en Bruselas el pasado mes de diciembre, solo se llevaron experiencias positivas.

Esta vez quieren participar en muchos de los actos que organiza el Foro Social. 'En los debates va a ser difícil porque serán en español, pero sí podemos ver los teatros que hay en las plazas y estar en la manifestación', dice Claire. La mayoría de los que ayer ya estaban acampados elogiaron el programa del Foro y la organización de la acampada. 'Hay hasta asesoría jurídica', advierte Dani, un trabajador de la construcción que ha venido desde Teruel acompañado por Miguel Ángel. Dani estuvo en Barcelona y dice que ya ha visto por el Alamillo caras conocidas. 'Se conoce a gente, se comparten muchas horas y de una vez a otra coincides con muchos', asegura.

Han venido en coche y con el equipaje justo: ropa, chorizo, queso, vino, coca cola -'para la hora del calimocho'-, saco de dormir y esterillas. Han prescindido hasta de la tienda de campaña. 'Nos dijeron que ni llovía ni hacía frío, así que sobra el techo', dice Miguel Ángel mientras agarra un vaso de medio litro lleno de cerveza fría, el producto más requerido ayer en la barra de bar instalada junto a la primera zona de acampada.

La Junta, propietaria del parque, ha dispuesto para ubicar las tiendas tres zonas distintas. Los que ya han llegado están instalados en la llamada zona 1, la más próxima a la entrada, con capacidad para unas 3.000 tiendas. Cuando esté llena, se irán derivando a las otras dos zonas. A la entrada del parque, miembros del Foro Social asesoran a los que vienen a acampar. Les facilitan planos de la ciudad, el programa de actos antiglobalización y una guía jurídica con información sobre los límites legales de la actuación policial y consejos para 'ejercer con seguridad y libertad' el derecho de manifestación.

El Foro Social ha elaborado además un documento sobre el parque del Alamillo para subrayar su importancia 'ecológica, ornitológica y social' e invitar a los visitantes 'a que disfruten de él y respeten su conservación'. La Junta también ha distribuido un folleto que, bajo el sugerente título de Bienvenidos al hogar de 10.000 aves, solicita la colaboración de los acampados para preservar el ecosistema del parque. 'Los lagos son para los peces, los patos...no para bañarte', advierte el folleto de la Junta. Ayer, algunos ya preguntaban si había alguna piscina cerca del parque.