La argentina 'Sábado' pinta un sombrío panorama a través de la risa

La sección competitiva del festival recibió ayer una bocanada de aire fresco con la presentación de Sábado, de Juan Villegas, una película argentina tan insólita como compleja. Las aventuras de seis jóvenes (entre ellos el actor Gastón Pauls interpretándose a sí mismo) durante la tarde de un sábado en la ciudad de Buenos Aires sirven a Villegas para pintar un fresco nihilista, de reminiscencias beckettianas, sobre la realidad bajo una mirada limpia y divertida, que provoca la risa en el espectador por el absurdo de sus situaciones y diálogos.

Pero el mayor mérito de Sábado estriba en su vocación realista. No de un realismo cercano al documental disfrazado de frases grandilocuentes, sino de un verismo crudo, manifestado en conversaciones intrascendentes llenas de dudas entre los interlocutores y de pleonasmos que rayan el surrealismo.

La brillantez del filme de Villegas compensó el suplicio de ver la coreana Go Yang I Rul Boo Tak Hae, de Jeong Jae-eun, un soporífero e interminable relato de la supervivencia de cinco veinteañeras en los albores de su integración en el ámbito laboral. Película vacía y reiterativa en sus argumentos, la cinta coreana se limita a mostrarnos la realidad que pretende contar sin incidir en algunos aspectos que parece apuntar en su argumento, como la amistad o la desprotección de unos personajes que nunca acaban de perfilarse en las casi dos horas de metraje que contiene.