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Reportaje:

El inestimable embajador del turismo andaluz

Antonio Banderas borda su papel de anfitrión en la fiesta de Turismo Andaluz en Hollywood

La noche de Andalucía en Hollywood acabó con Antonio Banderas lanzado por rumbas. No cabía otro final en la fiesta organizada por Turismo Andaluz para lanzarse al abordaje del mercado estadounidense: Banderas, anfitrión de la velada en su casa de Hanckok Park, aclamado por los más de 250 comensales, entre los que faltaron las estrellas de relumbrón que anunció la Consejería de Turismo y Deportes.

Todo el estrellato fue para el actor malagueño, que cautivó a políticos, periodistas y técnicos de la Junta desplazados a Los Ángeles. Sencillo, dispuesto, comprometido, accesible, simpático, dicharachero, detallista, y además andaluz. La consejería ha comprobado que tiene un excelente embajador. Otra cosa será que la fiesta andaluza en casa de Banderas y Melanie Griffith haya sido un arma eficaz para reactivar un mercado, el estadounidense, que no acaba de ser el filón que los responsables del sector desean, especialmente tras los atentados terroristas contra Nueva York del 11 de septiembre de 20001.

Como él explica, ser embajador del turismo 'consiste básicamente en hablar bien de Andalucía, y eso ya lo hacía sin necesidad de ser nombrado nada'. Banderas ejerce de andaluz, y por eso, en la carta que leyó ante sus invitados dirigida a 'la madre Andalucía', pedía perdón por estar ausente tanto tiempo. 'Pero sabemos que eres tu gente y existes donde quiera que estén', concluía.

La embajadora, Melanie Griffith, tiene unos dejes diferentes. A fin de cuentas, ella se crió entre el boato del extraño y complejo mundo de Hollywood, pero es indudable que se le han contagiado algunos gestos campechanos de su marido. La actriz se ocupó celosamente de los detalles de la fiesta, e incluso impuso su criterio en algunas cuestiones a los responsables de Turismo Andaluz. También ella se arrancó a bailar en el fin de fiesta, pero el duende no se contagia, por más que el bailaor Farruquito se empeñara en guiarla con movimientos fáciles. Parecía más preocupada por que la raja de su vestido no dejara al descubierto nada más que lo conveniente. Estaba espléndida con un vestido negro largo de Versace salpicado de pedrerías y transparencias.

El matrimonio habita una casa de estilo toscano de dos plantas, rodeada por unos amplísimos y frondosos jardines en los que luce un olivo centenario. Banderas la compró por tres millones de dólares para regalársela a su esposa en un cumpleaños.

Apenas hay elementos andaluces en la decoración, sólo un gran mantón de manila en uno de los aseos para invitados. Según Iván, el chófer del microbús que condujo a la fiesta a los 15 periodistas andaluces desplazados por Turismo Andaluz, en el barrio de los Bandera 'no viven famosos, pero es muy bonito'.

Los famosos estuvieron también alejados de la fiesta. Ninguna de las superestrellas que Turismo Andaluz barajó en las vísperas (Bill Clinton, Jack Nicholson, Steven Spielberg, Sting, Tom Cruise, Robert de Niro, Harrison Ford, Arnold Schwarzenegger, Tom Hamks, Andy García y Penélope Cruz) se presentó. Sin embargo, según el consejero de Turismo, Antonio Ortega, la cosa 'no estuvo mal'. El consejero atendió personalmente a cada uno de los invitados y se empeñó en que bebieran vino andaluz y saborearan las tapas preparadas por la malagueña Escuela de Hostelería de la Cónsula.

Especialmente solícito fue Ortega con la actriz mexicana Salma Hayek, que dijo conocer Sevilla. Raquel Welch con un traje de chaqueta blanco, y Ruben Blades con su inevitable sombrero, se entregaron con las actuaciones flamencas. También acudieron a la fiesta Silvester Stallone, que se marchó pronto, Gabriel Byrne, Jacqueline Bisset y Marisa Tomei.

Anfitrión comprometido

Pero nadie pudo eclipsar el estrellato de Banderas, quien recibió a la delegación andaluza antes de la fiesta para someterse, con disposición inmejorable, a flashes y preguntas. No rehuyó ningún tema de conversación, y evidenció que sigue de cerca la actualidad de España. Se mostró a favor de la huelga general, aunque dudó de la conveniencia de la fecha, y destacó el daño que causa la reforma del PER en Andalucía. Pidió una ley de extranjería 'más abierta', opinó sobre los problemas de las mujeres en Nigeria y se explayó en uno de sus temas favoritos: el mundial de fútbol.

Asegura haber visto todos los partidos menos el Dinamarca-Inglaterra. 'Me meto a las 11 de la noche en el estadio', dijo señalando el balcón de su estudio, 'y no salgo hasta las seis de la madrugada'. Cinco horas después de despedir a sus invitados, Banderas siguió el partido España-Irlanda, que en hora de los Ángeles era a las 4.30 de la madrugada.

Después de la fiesta, los comentarios eran unánimes: elogios a raudales para Banderas por una forma de ser que le ha llevado a convertirse en el embajador en el mundo de aquello de Andalucía, sólo hay una.

Proyectos y valores

Banderas planea dirigir una película sobre la caída de Granada y el mito de Boabdil, una época que para él encarna la 'feliz convivencia entre judíos, árabes y cristianos', y que cree que hay que reivindicar como uno de los principales valores de Andalucía. 'Estoy trabajando en ello, es algo que me ilusiona', dijo el actor, quien, no obstante, pretende 'encargar el guión a un profesional', aunque él dirigirá la película con actores y producción española.

Banderas recibió del consejero de Turismo y Deportes, Antonio Ortega, algunos obsequios que pueden ayudarle en su investigación: Una edición especial del Estatuto de Autonomía, y los libros Más lloraron los reyes andaluces, de Antonio Ramos Espejo; El siglo XI en primera persona, de Emilio García Gómez y Henry Lévy; y la biografía de Blas Infante Toda su verdad, firmada por Enrique Iniesta.

Los proyectos inmediatos del actor también le llevarán a España. En Madrid rodará durante julio y parte de agosto un filme sobre los desaparecidos en Argentina durante la dictadura militar dirigido por Cristhopher Humpton.

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