Teatro en Sitges
Señoras y señores de la organización del Sitges Teatre Internacional (STI). En primer lugar, felicidades por la edición que acaba de terminar. Pero ¿por qué hablar de nueva época del STI cuando, ustedes lo saben, la actual línea de compromiso con la creación escénica contemporánea internacional arrancó ya en la edición de 2000, siendo los abajo firmantes responsables de la programación del festival? Una cosa son las preferencias del director; la otra, la línea del festival. Nos preguntamos también qué les ha llevado a contrastar los buenos resultados del STI 2002 con datos inexactos de otras ediciones. Hablan ustedes de índices de ocupación del 40% y 55% en los años 1999 y 2000, cuando en realidad fueron del 46,1% y del 63,8% respectivamente. Y aún más: los porcentajes de ocupación guardan estrecha relación con el aforo ofertado, y los 6.288 espectadores que declaran ustedes este año representan, en cifras absolutas, un ligero retroceso con respecto a los 7.000 -consulten hemerotecas- que asistieron el año 2000. Deseamos lo mejor para un festival que sentimos nuestro, pero ¿por qué no llamar a las cosas por su nombre y por su número?
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