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Un buque queda atrapado en la Antártida con 79 científicos rusos y 29 tripulantes a bordo

Suráfrica, Argentina y Rusia preparan el rescate con rompehielos y helicópteros

Las aguas heladas de la Antártida se han cobrado una presa. Un buque alemán, el Magdalena Oldendorff, permanece atrapado por el hielo marino con 108 personas a bordo, de las que 79 son científicos rusos. La nave, fletada por una sociedad de investigación de ese país, transportaba a los expertos de regreso de una base. Un barco surafricano partirá el domingo de Ciudad del Cabo para proveer de comida y combustible al buque preso. Se espera la colaboración en el rescate de un rompehielos argentino y otro ruso. Será una tarea dificultosa debido a las bajas temperaturas (en torno a 50 grados bajo cero) y a la noche polar que se cierne durante el invierno antártico, a punto de empezar.

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El mal tiempo impide el rescate del barco alemán varado en el hielo de la Antártida

Las autoridades marítimas neozelandesas y surafricanas confirmaron ayer el apresamiento del Magdalena Oldendorff. Según las primeras, quedó rodeado por el hielo al norte de la base rusa de Novolazarevskaya, en la zona antártica próxima a África del Sur. Las autoridades surafricanas no pudieron precisar desde cuándo está atrapado el buque alemán, de 18.000 toneladas, aunque sí precisaron su posición: cero grados 41 minutos de longitud Este y 69 grados y 41 minutos de latitud Sur. Los ocupantes no corren peligro.

Suráfrica prepara el envío del barco oceanográfico Agulhas, que dispone de casco reforzado, para suministrar combustible y comida al navío alemán. Está previsto que zarpe este domingo con helicópteros militares a bordo. Según las autoridades surafricanas, el buque se encontrará en el Atlántico sur, a la altura de las islas Gough, con el rompehielos argentino Almirante Irízar, capaz de fracturar hielo marítimo de hasta siete metros de espesor. También se espera la llegada de otro rompehielos ruso para colaborar en el rescate.

'Si el Almirante Irízar puede llegar hasta el barco prisionero, se intentará remolcarlo hasta aguas libres', señaló un portavoz del Ministerio de Medio Ambiente surafricano. Añadió que los helicópteros del Agulhas se podrían utilizar para rescatar a los científicos. Esta tarea se pinta difícil, ya que en esta época del año (a punto de iniciarse el invierno) la noche dura casi 24 horas en la Antártida y las temperaturas llegan a rondar los 50 grados bajo cero. Además, son frecuentes los fuertes vientos, que impiden el vuelo de las aeronaves.

Las autoridades surafricanas creen que la situación de los pasajeros del Magdalena Oldendorff no es es grave. Disponen de alimentos suficientes y carecen de problemas de salud, aunque su estado de ánimo es malo. El buque no pudo ser contactado ayer desde Nueva Zelanda a través del sistema de comunicaciones Inmarsat. Además de los científicos rusos, en el barco viaja una tripulación formada por neozelandeses, alemanes, rusos, filipinos, moldavos e indios.

El Almirante Irízar es un rompehielos con experiencia en rescates. Hace dos años liberó a un buque atrapado cuando realizaba un crucero turístico con más de 170 personas por las aguas antárticas. Se trata de una maniobra peligrosa que obliga a navegar muy cerca del navío preso para romper el hielo y abrir canales que le permitan ganar las aguas libres.

En este época del año es muy infrencuente la presencia de buques en las aguas antárticas. La mayoría las abandona como tarde en marzo o abril, para evitar la prisión blanca.

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