Un artista estadounidense cuenta la historia de México en plastilina

Rudy Mercado es un artista estadounidense (Van Nuys, condado de Los Ángeles, 1962) con ascendencia mexicana. Pintor durante años, acuñó oficio suficiente como para dominar complejas técnicas. Pero el universo de lo pictórico no le satisfizo al completo. Decidió, por ello, emprender un camino difícil, pero propio. Buscó la mixtura de los colores con las formas, el dibujo con el modelado e, influenciado por el anhelo de unos conocimientos sobre la historia que la educación general no brindaba, se estrenó en un arte consistente en pormenorizar episodios históricos narrándolos mediante una plasticidad nueva. El soporte utilizado fue, precisamente, la plastilina. Y la fórmula, heredada de su padre, el diorama vivo.

Tras varias exposiciones en Los Ángeles sobre algunas de las grandes batallas, Rudy dedicó varios años a acopiar documentación histórica sobre un acontecimiento que atrajo poderosamente su atención: la Noche Triste.

Por la Noche Triste los historiadores se refieren a aquel tránsito de la jornada del 30 de junio al 1 de julio de 1520 en la cual Hernán Cortés, tras una cadena de adversidades sin cuento, con la envidia y la traición de una parte de los suyos, hubo de huir, acechado, de la capital, Tenochtitlán, con grave riesgo para sí y para sus hombres. Huía cargado, además, de sombras de deslealtad e ignominia hacia algunos de sus aliados indígenas.

Asesinada su amada Ana, hija de Moctezuma, embarazada de Hernán Cortés, el capitán español, perdidos dos dedos de su mano izquierda, logró escapar por la calzada de Tacuba, sorteando con puentes los pantanos que envolvían la capital de los mexicas.

Rudy Mercado ha reproducido en plastilina, con soportes de alambre para sus delicadas figuras de indígenas e invasores, el preludio, el ataque, el zafarrancho y las consecuencias de aquella fecha henchida de historicidad. Y ello, mediante un escenario móvil, que él altera progresivamente cada jueves, hasta el 6 de julio, siguiendo un esquema avanzante, al igual que aquel relato. Con mimosa destreza ha logrado contar de una manera nueva y singular unos hechos llenos, para él, de especial significación por su ascendencia mexicana.

La galería La Factoría del Perro Verde (San Pedro, 22; 91 360 14 56) ha hecho una apuesta por un hombre 'comprometido en aproximarse a la historia de una manera artística', al decir del galerista Antonio de Pedro.