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COMUNICACIÓN

Kindelán dimite de la presidencia de Onda Cero y deja Admira

Rosario G. Gómez

Cinco meses después de su nombramiento como presidente de Onda Cero, Juan Kindelán presentó ayer la dimisión como máximo ejecutivo de la cadena de radio gestionada por Admira. Esta renuncia lleva aparejado el cese en todos los cargos que ocupaba en Admira, donde era vocal del Consejo de Administración y miembro de la Comisión Delegada, así como consejero de Antena 3, cadena de televisión que a mitad de temporada compró Onda Cero.

Kindelán, que accedió al cargo tras la destitución de Javier Gimeno, ha contribuido a reordenar la cadena de radio y a racionalizar económicamente la compañía. Su salida es fruto de las discrepancias, tanto en el proyecto profesional como en el modelo empresarial, con los actuales gestores de Admira. Desde hace diez días, la filial de medios de Telefónica -que agrupa las participaciones en Onda Cero y Antena 3- está en manos de Pedro Antonio Martín Marín, quien provisionalmente asumirá la presidencia de la emisora.

En Onda Cero, Kindelán ha desarrollado 'una importante labor en el diseño del nuevo plan estratégico' para adaptar Onda Cero 'al cambio del entorno macroeconómico, del modelo de explotación de una empresa radiofónica y del propio cambio estratégico de Admira como grupo multimedia', según la nota difundida ayer por Admira.

Kindelán decidió presentar su dimisión pese a las reiteradas peticiones por parte del presidente de Telefónica, César Alierta, para que continuara en el cargo. En principio su dimisión no acarreará cambios en los niveles inferiores. Así, fuentes de la cadena aseguraron ayer que José María García Hoz se mantendría como director general de contenidos.

Modelo empresarial

El modelo radiofónico de Juan Kindelán se apoyaba en recuperar la cadena para el accionista y hacer de Onda Cero una empresa económicamente viable, capaz de abandonar los números rojos. El año pasado, la compañía arrojó unas pérdidas cercanas a los nueve millones de euros (1.500 millones de pesetas).

También intentó poner en marcha un nuevo marco de relaciones con los profesionales de la cadena, y en especial con los principales comunicadores. Durante su etapa se produjo la salida de una de sus estrellas. El periodista deportivo José María García, responsable de Supergarcía, abandonó el programa. Cesó, paralelamente, como presidente de Admira Sport, adelantando tres meses el fin de su relación contractual.

Dentro de Admira, Kindelán se propuso racionalizar un grupo heterogéneo y complejo de empresas, que antes de la escisión de la filial de medios de Telefónica albergaba participaciones en 200 empresas, entre las cuales figuraban Antena 3, Onda Cero, Vía Digital, Endemol, Lola Films, Hispasat o las argentinas Telefé y Radio Continental.

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