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Josep Maria Espinàs recibe el Premi d'Honor de les Lletres Catalanes

El escritor lo considera un reconocimiento a medio siglo de una obra alejada de modas y reivindica la multiplicidad de géneros

El escritor y periodista Josep Maria Espinàs (Barcelona, 1927) recibió ayer el 34º Premi d'Honor de les Lletres Catalanes, dotado con 10.000 euros, 'por su notable y continuada contribución a la vida cultural de los Països Catalans', que en su caso se concreta en más de 70 obras de diversos géneros, desde la novela a las memorias, pasando por el ensayo y los libros de viajes. Espinàs reivindicó tal variedad 'porque la literatura no es lo mismo que la novela. Los libros de no ficción son fundamentales para cualquier tradición literaria'.

'De lo contrario', prosiguió el escritor, 'tendríamos que eliminar de nuestra tradición buena parte de la obra de Pla, De Sagarra y Gaziel, sin ir más lejos'. Espinàs realizó estas declaraciones ayer en el Palau de la Música, donde la asociación Òmniun Cultural tiene por costumbre dar a conocer el premio que convoca anualmente.

Espinàs ha adquirido notoriedad en los últimos años gracias a sus particulares libros de viajes, esos A peu per... donde narra sus paseos por lugares abandonados por la modernidad: comarcas como la Llitera o el Alcalatén o regiones de Extremadura o Sierra Mágina, la zona de Jaén que protagonizará su próxima entrega. El autor, que considera estos sitios muchos más exóticos que Venecia, Nueva York o Singapur, afirma: 'Al final, se han convertido casi en un género por sí mismos, aunque yo no soy un escritor de género. Para el lector lo más cómodo es clasificarte, pero yo soy demasiado curioso para limitarme a un solo tipo de escritura. Lo que ocurre si practicas diversos tipos de obras es que te llaman esas cosas tan feas como 'polifacético' o 'poliédrico'.

Muestra de ello es que Espinàs ha publicado, desde aquel lejano Com ganivets o flames (1954) que le valió el Premio Joanot Martorell, libros tan dispares como el ensayo El teu nom és Olga, la novela Vermell i passa, el dietario Temps afegit, las memorias El nen de la plaça Ballot, numerosas canciones en la época inicial de los Setze Jutges e incluso una pieza de teatro, És perillós fer-se esperar. También fue galardonado con el Premio Sant Jordi de novela en el año 1961 por L'últim replà: 'Es que mi obra no responde a una programación previa, nunca he hecho ningún planning literario. Me he encontrado escribiendo cada libro, porque igual que a los 15 años la lengua catalana me eligió a mí tras un primer intento en castellano, también los temas me eligen a mí para que los escriba. Siempre he hecho la carrera a mi aire, prescindiendo de modas y cenáculos, y de si tocaba escribir de un modo u otro, y para eso hace falta tenacidad y paciencia, que seguramente es lo que viene a reconocer este Premi d'Honor, porque si tú no escribes el tipo de literatura que se te da mejor, sino lo que piden los tiempos, entonces te conviertes en un pedante'. 'Aunque otra cosa peor que eso', continúa el autor, 'es que te llamen 'cosmopolita' o 'ciudadano del mundo', que es lo que ahora se lleva. Yo no he sido nunca políticamente correcto, pero lo cierto es que no me gustan estos conceptos porque a mí me gusta salir al extranjero, viajar a sitios que funcionan de otra manera, donde yo no lo entienda todo'.

Colaboraciones periodísticas

La otra faceta que hace de Espinàs un personaje destacado de la cultura catalana en la segunda mitad del siglo XX son sus colaboraciones periodísticas: de 1976 al 1995 en el diario Avui y después en El Periódico de Catalunya, además de los programas Senyals y Personal i intransferible, en el circuito catalán de Televisión Española, e Identitats, en TV-3: 'Para mí no hay ninguna diferencia entre el Espinàs que se sienta a escribir el artículo del día y el que prepara un libro de narrativa como, por ejemplo, A peu pels grans magatzems. Yo me encaro al papel de la misma manera. Si acaso, la única diferencia es que como articulista tienes una limitación de espacio. Pero eso ha sido un aprendizaje porque con los años he ido aprendiendo a no escribir para hacer bonito, que es lo que hacía de joven, sino para decir algo. Cuantos más sustantivos y más ideas haya, mejor. En cuanto al famoso tema de la rutina, yo puedo decir que escribir un artículo diario no lo es en absoluto, y eso que llevo 27 años haciéndolo. Gracias a esta obligación cada día tengo que pensar una idea nueva, mantener el cerebro en estado de alerta, vivo'.

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La concesión del Premi d'Honor reconoce asimismo la labor de Espinàs como editor, ya que lleva desde 1985 al frente de la editorial La Campana, que fundó con Isabel Martí. El escritor insiste en que la verdadera editora es Martí y él no es más que 'un colaborador'.

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