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Maragall afirma que Barcelona no podrá ser capital de su eurorregión

El PSC convoca su II Conferencia para el 23 y 24 de noviembre

Enric Company

Algunas cosas que eran posibles hace unos años ya no lo son ahora. Eso es lo que debe de pensar Maragall a juzgar por lo que ayer afirmó sobre uno de sus más antiguos objetivos, el de convertir a Barcelona en capital de una región europea de 15 millones de habitantes. Ahora ya no cabe esperar que Barcelona sea ese centro, afirmó, sino un nudo más, aunque muy importante, en una malla en la que Zaragoza, Valencia, Toulouse, Montepellier y Baleares pesan más cada día.

Maragall era el único político de relieve en España que sostenía hace 15 años la concepción de competencia político-económica entre territorios articulados por grandes áreas metropolitanas. Eso le costó que el Gobierno de Jordi Pujol eliminara en 1987 la principal arma institucional con que contaba entonces Barcelona, su Corporación Municipal Metropolitana. Fue un hachazo.

Mientras Barcelona superaba aquel golpe como podía gracias a los Juegos Olímpicos de 1992, el discurso de Maragall sobre la competencia económica entre territorios fue recogido por los gobiernos locales, regionales y nacionales de Madrid, Valencia, Zaragoza, Toulouse, Montpellier, Baleares. El resultado de este proceso lo expuso ayer Maragall en la presentación de la Conferencia Nacional del PSC, dedicada, precisamente, a debatir sobre el tema Estrategia económica y territorio. Lo que ha pasado en los últimos 15 años no es sólo que Cataluña ha dejado pasar muchos trenes, como Maragall recrimina al Gobierno de Pujol un día sí y otro también. Es que a esos simbólicos trenes se han subido otras ciudades, otros territorios: Madrid, Zaragoza, Valencia, Toulouse...

'Olvidemos ya la idea de que Barcelona y Cataluña sean el centro de una eurorregión de 15 millones de habitantes', afirmó Maragall. Eso ya no puede ser, explicó, porque ahora 'cada uno quiere ser centro de lo que tiene a su alrededor'. Para concretar sus palabras recurrió a un ejemplo. A los efectos de una de las grandes industrias que requieren más investigación e innovación, la aeronáutica, Barcelona está dentro de la región cuyo centro es Toulouse. Y no al revés.

De esta situación no cabe hacer, sin embargo, una lectura únicamente pesimista. Junto a la idea de competencia entre ciudades, áreas metropolitanas, persiste, y en los últimos años ha ganado peso, la idea de que los territorios se articulan en redes, de las que las ciudades son los nudos. Y también para Barcelona es necesario que ganen peso Zaragoza, Valencia, etcétera, para que pueda ser una verdadera malla esa eurorregión de 15 millones de habitantes que Maragall reclamó ayer todavía como necesaria para Cataluña.

Hay, o debiera haber, pues, en la idea de Maragall un juego en el que se combinen competencia y complicidades entre quienes dirigen o intentan dirigir el crecimiento y la evolución de los territorios implicados. Sobre todo esto quiere discutir Maragall con el máximo número de personas para que Cataluña se dote de una estrategia útil. Su objetivo es claro: Conseguir que Cataluña deje de ser un país que 'va tirando' y sea un motor potente. Conseguir que recupere, dijo, 'el papel que tuvo a principios del siglo XX y no está nada claro que esté renovando'.

La II Conferencia Nacional, que junto con Pasqual Maragall presentaron el secretario de economía del PSC, Antoni Castells, y el secretario de programas, Ernest Maragall, se celebrará en Tarragona el 23 y 24 de noviembre. El PSC ha abierto un proceso de debate a especialistas -sobre todo, dijo Maragall, a los agentes económicos y sociales- descentralizado en 17 ámbitos territoriales. La dirección del PSC ha elaborado un documento marco que será la base para introducir los debates.

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