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38 millones de niños no van a la escuela en 49 países de África

Cada docente llega a tener 60 alumnos en clase

Carmen Morán Breña

La visita a África del secretario del Tesoro de EE UU, Paul O'Neill, acompañado de Bono, el cantante de U2, ha vuelto a recordar el gran problema y mayor reto que supone la educación en ese continente. La etapa de primaria es prioritaria para ellos y, sin embargo, el acceso a estos estudios sigue siendo muy limitado. A esa edad hay alrededor de 38 millones de niños sin escolarizar en el área subsahariana, el 60% de ellos en África central y occidental. Así lo pone de manifiesto un exhaustivo estudio que la Unesco efectuó en 49 países de esa zona en 1998. Hay grandes diferencias entre los distintos Estados. Por ejemplo, en primaria sólo el 26% de los niños van a la escuela en Níger, mientras que Isla Mauricio tiene escolarizados al 93%.

Más limitada aún es la educación infantil. Sólo uno de cada 10 niños, unos cuatro millones, tiene acceso a estos estudios. Y también varía sustancialmente de un país a otro, porque la mayoría de estos niños escolarizados (62%) vive en las zonas oriental y meridional del continente. Los centros privados escolarizan a la gran mayoría de estos niños.

Los datos con los que la Unesco elaboró este informe los proporcionaron las administraciones de los distintos países y algunas instituciones que facilitaron información sobre la población, la renta o los elevados niveles de sida que devoran a esta extensa región, hasta el punto de que la enfermedad está ocasionando verdaderos problemas para reclutar maestros.

En Botsuana, por ejemplo, un 35% de la población tiene sida, un 20% en Zambia y un 19% en Suráfrica. Los porcentajes de analfabetismo son altísimos en todos los países.

La enseñanza secundaria tampoco está generalizada y, aunque no se disponen de datos completos, la escolarización tardía y los elevados índices de repetición son significativos: la mayoría de los niños con edad de estar en secundaria siguen en etapas anteriores (el 19% en los países de que se dispone de datos) y el 17% de los alumnos son repetidores. En esta etapa las niñas están en desventaja respecto a sus compañeros. En países como Benin, Chad o Guinea Bissau, el número de alumnos es el doble que el de alumnas; son excepciones Botsuana, Lesotho y Namibia.

La enseñanza superior puede calificarse como marginal porque sólo un millón y medio de estudiantes están matriculados en la universidad. Y muchos de ellos, señala el estudio, se ven obligados a trasladarse a otros países para desarrollar sus investigaciones.

Otro de los grandes problemas es el elevado número de alumnos a cargo de cada profesor, una media de 40 chicos, aunque en algunos países la cifra salta a los 60, que quiere decir, en muchos casos, 100 o más, según la Unesco. Y la formación del profesorado deja también que desear. El 90% de los docentes en primaria son mujeres.

La inversión en educación está sujeta a fuertes oscilaciones, desde el 1% del PIB en Sierra Leona al 10% en Zimbabue o el 13% de Lesotho. El grueso de los fondos se destina a los sueldos de los profesores y a material. Y el mayor esfuerzo presupuestario se dedica a la etapa de primaria.

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Sobre la firma

Carmen Morán Breña
Trabaja en EL PAÍS desde 1997 donde ha sido jefa de sección en Sociedad, Nacional y Cultura. Ha tratado a fondo temas de educación, asuntos sociales e igualdad. Ahora se desempeña como reportera en México.

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